Su nombre era Dolores, la “Jenn” que yo conocí, es la serie biográfica de Jenni Rivera que puso de cabeza a la Unión Americana.
Luz Ramos se quedó con el papel de la intérprete, que además de muchos éxitos, tuvo una polémica vida que veremos retratada en la pantalla. Cara a cara les comparto mi entrevista con Luz, quien tuvo que aumentar 25 kilos para poder interpretarla.
¿Cómo te convertiste en Jenni Rivera?
Fue un proceso muy arduo, la verdad; desde que me dijeron que yo sería Jenni Rivera comencé con clases de canto, con nutrióloga para aumentar el peso, me pasaron más de 200 videos privados y públicos acerca de Jenni. Vi sus conciertos más significativos, después comenzamos con pruebas de looks, me raparon las cejas, para hacer los diseños de cómo ella fue evolucionando durante cada etapa de su vida. Tuve clases con coreógrafo, para rescatar la esencia de La Diva en sus conciertos, ella era única. Y cuando menos imaginé, me olvidé de cómo era yo, Luz Ramos, y despertaba siendo este personaje que Dios trajo a mi vida y me llena de orgullo y agradecimiento haber podido encarnar.
¿Qué descubriste de Jenni a la hora de interpretarla?
Yo sentía mucha empatía con “La Diva” en muchas cosas, pero había algo que no había vivido aún y que creo que era el sentimiento más importante por el que Dolores se convirtió en Jenni Rivera, y eso era ser madre…
La Diva de la Banda tuvo una vida de éxito, pero acompañada de lágrimas también. ¿Cuál fue la escena más difícil para ti?
Los hijos te podrán herir, pero como madre siempre perdonas… La escena más difícil… ¡Dios! Fueron tantas, de verdad, me sorprende el corazón de guerrera que tenía esta mujer; te comparto alguna: la escena donde llevaba días encerrada en su cuarto llorando porque descubrió los videos de “Chiquis” entrando a su cuarto después de Esteban, esa escena fue muy pesada psicológicamente,
emotivamente, actoralmente; terminé con los ojos tan hinchados de llorar que no podía abrirlos. Creo que ese dolor que vivió Jenni fue uno de los más fuertes en su corazón”.