Guy es un perro que está viviendo una vida de ensueño. El canino de 11 kilos se unirá a la corte inglesa cuando su dueña, Meghan Markle, se case el sábado con el príncipe Enrique, después de haber estado cerca de ser sacrificado en 2015 cuando fue abandonado en un bosque de Kentucky.
Tras un gran esfuerzo para llevarlo a Canadá, donde por casualidad cruzó sus “grandes, tristes ojos” con los de Meghan, Guy será oficialmente bienvenido a la familia real británica.
“Guy vivía en un refugio después de haberse perdido en un bosque de Kentucky, y ahora está viviendo en un palacio”, dijo Dolores Doherty, quien dirige la asociación A Dog’s Dream Rescue y organizó una cadena humana de conductores voluntarios para llevarlo a través de 805 kilómetros para su adopción.
“Es una vida de ensueño, una historia real de pordiosero a millonario”, dijo la mujer a la AFP. El perro sólo llevaba un día en Canadá cuando Markle, quien estaba viviendo en Toronto y grabando la serie de televisión “Suits”, lo vio en un evento de adopción.
Markle había estado buscando compañía para su otro perro Bogart, un pastor alemán, explicó Doherty.
“Es adorable con sus largas orejas cafés y sus ojos grandes y su pequeño cuerpo redondo. Le habíamos mostrado otro perro a Meghan que pensamos que podía hacer un buen equipo, pero ella vio a Guy e inmediatamente quiso llevárselo a casa”, añadió.
Guy llegaría a convertirse en una estrella de Instagram con fotografías que lo muestran paseando con Markle en calles de Toronto y acurrucándose con ella y Borgart en casa.
Pero esa fama no es nada en comparación con su nuevo rol como un integrante de las mascotas de la realeza. Guy viajó a Inglaterra en noviembre pasado para vivir con los futuros novios.
Desafortunadamente Bogart estaba demasiado viejo y débil para hacer el viaje y se quedó con amigos de Markle en Canadá.
FUENTE/EL UNIVERSAL