REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Guadalajara, Jalisco, 3 de septiembre de 2025 — La designación de la familia Aguilar como parte del espectáculo del Grito de Independencia en Guadalajara ha generado una ola de rechazo ciudadano, que ya reúne más de 18 mil firmas en una petición en línea para cancelar su participación.
La protesta colectiva surgió tras el anuncio oficial del elenco artístico para los festejos patrios del 15 de septiembre, encabezado por la llamada dinastía Aguilar. Sin embargo, múltiples sectores de la comunidad tapatía —incluidos migrantes mexicanos en el extranjero— han expresado su descontento, acusando a los artistas de emitir declaraciones insensibles hacia las personas migrantes en Estados Unidos.
“Queremos un Grito que sea un símbolo de orgullo nacional, no un escaparate de elitismo y discursos que dividen”, se lee en la petición dirigida al gobernador del estado, Pablo Lemus Navarro, en la que se exige retirar a los Aguilar del evento, por considerar que “no representan los valores de los mexicanos ni de Jalisco”.
Uno de los puntos más sensibles del reclamo es que el pago para esta presentación provendría de recursos públicos. Quienes apoyan la petición señalan que no están dispuestos a financiar con el erario a artistas que —según afirman— han mostrado una postura excluyente hacia la comunidad migrante.
“Como inmigrante mexicano radicado en EE.UU., firmo esta petición porque es muy dolorosa la forma en que estas personas se expresan (…) cancelenlos porque no nos representan”, escribió uno de los firmantes.
Otro comentario compartido por una jalisciense radicada en el extranjero señala: “Siempre trato de ser una buena promotora de nuestro estado, pero ellos no nos representan. Son americanos que lucran con nuestras tradiciones”.
Aunque las autoridades estatales no han emitido un posicionamiento oficial sobre la petición, el movimiento ciudadano continúa creciendo, impulsado principalmente a través de redes sociales, donde se llama a compartir la solicitud con el objetivo de hacer oír la voz de la comunidad.
La polémica abre el debate sobre la selección de artistas para actos oficiales, el uso de recursos públicos y la representación cultural en fechas con fuerte carga simbólica como el Grito de Independencia.