NUEVA YORK
Willie Murphy tiene 82 años, aunque no se le nota. El secreto es que esta mujer practicó fisicoculturismo a lo largo de toda su vida, lo que le permite mantenerse en un estado de forma.
Según LadBible, el martes 19 de noviembre Willie se encontraba tranquilamente en su casa de Nueva York. Fue entonces cuando, alrededor de las 11 de la noche, un ladrón entró en su vivienda con la intención de robar.
El ladrón tenía 29 años contra la abuela de 82 y 1,50 de altura. El delincuente entró en la casa de la anciana y le pidió ayuda diciendo que se encontraba enfermo. Ella no le creyó, pero él no la hizo caso e irrumpió en la vivienda. La mujer agarró una mesa de madera y se la rompió al ladrón en la cabeza. Después, llamo a la policía.
“Estoy sola y soy vieja, pero, ¿adivina qué? Soy dura. Eligió la casa equivocada para entrar”, declaró la abuela. El ladrón no pudo levantarse del suelo hasta que llegó la policía.
Willie Murphy se convirtió en famosa: sus vecinos la felicitan por la calle y sus compañeros de gimnasio le piden hacerse selfies. Hace cinco años, en 2014, ganó el primer premio en su categoría en el Campeonato Mundial de la Federación Mundial de Culturismo, pero ahora se hizo realmente popular.
El ladrón se medía a una mujer que apenas supera el 1,50 de altura y que solo pesa 47 kilos, por lo que pensó que la presa sería fácil. Pero nada más lejos de la realidad: Willie es capaz de levantar pesas de más de 100 kilos, por lo que no iba a permitir que la robaran… y menos en su propia casa.
El ratero entró en la casa de la anciana y le pidió ayuda diciendo que se encontraba enfermo. Ella no le creyó, pero él no la hizo caso e irrumpió en la vivienda. No sabía la que se le venía encima: la mujer, pese a sus 82 años, cogió una mesa de madera y se la rompió al ladrón encima, después le golpeó con una escoba y le terminó llenando de champú. Después, llamo a la policía.
Pese a la paliza que le había dado, y por si acaso se recuperaba, Willie Murphy arrancó las patas de metal de la mesa y también le sacudió con ellas: “Estoy sola y soy vieja, pero, ¿adivina qué? Soy dura. Escogió la casa equivocada para entrar“. Y tanto: el ladrón no pudo levantarse del suelo hasta la llegada de los agentes.