MÉXICO.- El día de hoy se celebra el Día Mundial del Beso y a propósito de esta celebración, te compartimos la leyenda del callejón de beso que se cuenta en León, Guanajuato.
El Callejón del Beso para todo el que llega a Guanajuato con la pareja es un lugar que no se debe dejar de visitar.
Este debe su nombre ya que sus paredes entre sí son muy estrellas, y las paredes y los balcones están a menos de un metro de distancia.
Se cree que las parejas que se besan en este callejón, disfrutarán de un romance para toda la vida. La tradición cuenta que los enamorados deben parase en el tercer escalón para así tener 15 años de buena suerte de lo contrario tendrán 7 de mala suerte .
La historia dice que durante la época colonial en el siglo XVIII, en donde un padre de familia que se caracterizaba por se avaro tenia un hija de nombre Carmen, a la cual cuidaba mucho pues incluso se cuenta que solo la dejaba salir a la iglesia ya que tenia como objetivo casarla con el mejor prospecto .
Con el tiempo Carmen conoció a Carlos, un minero con el que se veía en un templo cercano a su hogar, todo esto a escondidas de su padre, pero su secreto duraría poco, debido a que fueron descubiertos por el padre de Carmen .
Este hecho tuvo consecuencia que su padre la encerrara en su casa y diciéndole que la iba a casar con un amigo suyo que vivía en España, el cual tenía las cualidades que él buscaba para ella
Carmen lloraba todos los días por su triste futuro, mientras que Carlos un día noto que la ventana de la recámara de su amada daba exactamente a la ventana de su vecina
Carlos compró aquella casa costándole todo su patrimonio, una vez estando ahí tocó la ventana de carmen ambos juraron amor eterno y planearon cómo se verían todas las noches a través de esos balcones tan cercanos, hasta que de nueva cuenta fueron descubiertos besándose por el padre de Carmen.
Fue tanto el coraje de su padre, que en su ataque de ira atacó a su hija provocando su fallecimiento.
Según la historia, las últimas palabras de Carmen fueron “por siempre”, Carlos dejó un tierno beso sobre su mano tersa y pálida, ya sin vida.
