Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
El actor Tomás Goros vuelve a la TV como Porfirio Torres en Rosario Tijeras, y comparte su otra pasión: la comedia teatral.
Cultura.- Con una trayectoria que supera las cuatro décadas y que lo ha consolidado como uno de los actores más sólidos de la televisión mexicana, Tomás Goros regresa a la pantalla en la cuarta temporada de Rosario Tijeras, serie que desde su estreno ha conquistado a millones de espectadores en América Latina.
“Con 45 años haciendo villanías, ahora llego a esta cuarta temporada para interpretar a Porfirio Torres, un personaje que, aunque no es un villanazo, sí tiene una oscuridad que lo vuelve profundamente humano”, comparte Goros en entrevista exclusiva.
El actor explica que su ingreso a esta nueva entrega se dio en un momento clave: “Había pasado un tiempo desde la última Rosario Tijeras. No se había dado la cuarta temporada y ahora se dieron las condiciones tanto de historia como de elenco. En ese momento soy llamado y tuve la fortuna de tener de pareja a una actriz a la que conozco desde hace muchos años, Anette Michel, con quien trabajé en Marea Brava. Es una gran colega con la que me he divertido mucho”.
Aunque confiesa que no había visto las temporadas previas, el reto lo entusiasmó. “Sabía que habían sido muy exitosas, así que me tuve que poner a husmear para ver qué sucedía. Me encontré con un equipo de producción maravilloso, con una manufactura impecable de Sony y escritores de primer nivel. Me divertí enormemente, fue una gran revelación”.
Más allá de la acción y la intriga que caracterizan a la historia, Goros resalta el trasfondo social que encierra el personaje de Rosario:
“Rosario es una mujer luchando y trabajando por sobrevivir en muchos sentidos, con tintes ficticios, sí, pero con un gran valor hacia las mujeres empoderadas. Yo lo asocio con esas mujeres que, en la vida real, trabajan solas para sacar a sus hijos adelante. Eso me llamó mucho la atención de la serie”.
Su experiencia de décadas encarnando villanos le ha permitido profundizar en matices humanos que, más allá de la maldad, generan identificación con el público. “Es bien padre explorar esos lados oscuros de los seres humanos, trabajarlos y mostrarlos de una manera en que la gente se vea reflejada”.
UNA FACETA DIFERENTE: LA COMEDIA
Aunque el público lo relaciona con personajes de carácter fuerte o con tintes siniestros, Goros asegura que hay otra faceta de su carrera que pocos conocen: la comedia. Desde hace tres años presenta en Ciudad de México su monólogo “El manual de los hombres”, un espectáculo escrito por él mismo que aborda temas de pareja, sexualidad, paternidad y responsabilidad.
“Todavía disfruto mucho de mi trabajo y lo hago con pasión. Cuando estoy en el set, me concentro en que las escenas sean creíbles, y cuando estoy en el teatro disfruto el contacto directo con la gente. Mucha gente no sabe que hago comedia, y creo que les sorprendería verme en este monólogo. Espero muy pronto poder llevarlo a Cancún, porque sé que les va a gustar”, adelanta.
Con su voz grave, presencia escénica y entrega absoluta, Tomás Goros demuestra que sigue vigente y con la misma pasión que lo ha mantenido como referente actoral durante casi medio siglo. Hoy, lo vemos encarnando nuevos retos en la pantalla y, muy pronto, prometiendo hacer reír a los cancunenses desde el escenario.
