Jocelyn Díaz / GRUPO CANTÓN
El pasado viernes, el Teatro 8 de octubre fue el epicentro de una noche donde los sentidos despertaron y la imaginación tomó el control. Con un lleno vibrante y una atmósfera electrizante, se vivió la primera de cuatro veladas del ciclo Exploraciones Sonoras, una propuesta que empuja los límites entre lo visual, lo sonoro y lo emocional.
Desde el primer momento, la experiencia prometía romper esquemas. La combinación de arte digital, etno-electrónica, visuales reactivos y arte sonoro llevó al público a una dimensión alternativa, en la que la música no solo se escuchaba, sino que se veía y se sentía. El escenario se transformó en un universo de luces, colores y texturas sonoras, donde cada elemento parecía respirar al ritmo del sonido.
Artistas invitados de distintas latitudes compartieron su talento en una especie de ritual contemporáneo que hizo dialogar tradición y vanguardia. La etno-electrónica, con sus sonidos ancestrales y beats futuristas, provocó una conexión profunda entre el público y el entorno, mientras que los visuales interactivos convertían cada nota en una imagen en movimiento, amplificando la emoción colectiva.
Esta fue apenas la primera entrega de un ciclo diseñado para sorprender, cuestionar y conmover. Exploraciones Sonoras continuará durante los siguientes viernes de agosto, 8, 15 y 22, llevando al público a recorrer territorios insólitos de la creación artística contemporánea. Una invitación abierta a quienes buscan algo más que un concierto: una experiencia transformadora.
