SOLIDARIDAD, Quintana Roo.- La expectación aumentaba conforme terminaba el día, a las 7:30 p. m., internautas sintonizaron el Facebook para atestiguar el debate de los candidatos a la Presidencia Municipal de Solidaridad, Cristina Torres (PAN-PRD-MC), Laura Beristain (MORENA-PT), Luis Roldán (PES) y Martín de la Cruz (PRI).
La antesala fue un breve currículo de los candidatos. Desde el inicio parece que se filtró al Instituto Electoral de Quintana Roo el dato falso de presentar a Laura Beristain como detractora de la privatización del agua, cuando es de dominio público que se ausentó de la sesión.
Martín de la Cruz no tuvo más credenciales que la CROC y la lista de “apoyos” que da a la gente. En su trayectoria, ya fue diputado local, síndico y regidor en Solidaridad en diferentes períodos. Como era de esperarse, se colgó las medallas de la CROC, el apoyo que da a través de un dispensario médico y los 5 mil lentes que regala, entre otros.
Luis Roldan dejó ver el lado de la calidez familiar, se presentó como chetumaleño, bendecido por ser padre. Desde hace 19 años vive en Solidaridad, arquitecto de profesión. Entre sus cargos públicos destacó haber sido subsecretario de Infraestructura, siempre peleando por mayor presupuesto para la obra pública.
Mientras, Cristina Torres se presentó como una diplomática, tras una larga lista de credenciales académicas y laborales. Abogada, con un sinfín de diplomados varias áreas del derecho, fue coordinadora jurídica del gobierno del estado de Quintana Roo, maestra, notaria publica con licencia, la primera secretaria mujer del ayuntamiento de Solidaridad, al igual que primera presidenta.
El primer cuestionamiento arrancó enfocado a la transparencia. El primer turno le correspondió a Laura Beristain, quien leyó un texto preparado, demostrando su falta de experiencia, pues no tiene el dominio del discurso, ni de las ideas que necesita aquel que tenga la encomienda de dirigir al municipio de Solidaridad.
Martín de Cruz, al estilo priista, desarrolló un discurso cuadrado y cargado de las promesas que cada trienio se hacen. Habló de corrupción, cuando previo al arranque de campaña salió a la luz cómo despoja a los trabajadores de la hotelería de sus propinas. Sus argumentos acartonados y el tartamudeo, con tono tieso, dejaron ver, desde el primer minuto en que tuvo uso de la voz, su derrota.
En su turno, Roldán agradeció al Ieqroo el espacio dado e hizo una reverencia para solicitar respeto de sus compañeros, pero el tema a tratar era la transparencia, ahí sacó una mampara con la que señaló el lugar que ocupa Quintana Roo en corrupción. No fue muy lejos en sus propuestas y sólo prometió renunciar al uso de vehículos oficiales.
Marcando la diferencia se abrió el espacio a Cristina Torres, quien con soltura, y mirando siempre a los ojos a su público, comenzó con propuestas y no ataques. Sin leer, como hicieron los otras tres contendientes y con tono optimista, detalló una estrategia para llevar a Solidaridad por buen camino.
Fue notorio como en el tono de su voz se sentía la fuerza, el esfuerzo y el coraje que lograron sacar adelante a un municipio que fue entregado saqueado por el PRI. “Mauricio Góngora está en la cárcel, eso es producto del buen gobierno”, dijo.
También señaló a aquellos que fueron cómplices de ese robo, en referencia a la entonces regidora de ese cabildo, Laura Beristain.
Regresó el turno a Roldán, sacó la imagen del Monumento a la Corrupción de Laura Beristain, el lujoso hotel que logró construir con millones de pesos que desvió de una partida para ayuda social desde el Congreso del Estado. Luego entonces, como comercial de cereal, dijo “vota por AMLO y por mí para gobernar Solidaridad”, con banderita de la caricatura de “El Peje” en mano, para no violentar la ley electoral.
Así fueron sucediéndose los turnos de cada candidato a edil. A ratos proponiendo, a ratos atacando. Martín de la Cruz se notó aislado, parecía que hablaba solo. Laura Beristain nunca respetó los tiempos de su turno, lo cual se asumía como una falta a las reglas del debate.
Entre las propuestas más destacas del debate, sobresalió la de Cristina Torres de construir un aeropuerto en Puerto Aventuras para reactivar la economía no sólo del lugar, sino del municipio en general. Habló de impulsar el campo y dejar atrás las malas prácticas de regalar despensas como si fueran “dádivas”.
Uno de los momentos más álgidos, fue el sketch de Laura Beristain, como personaje de telenovela, ya para terminar. De un momento a otros gritaba, cerró con un discurso hablando de la felicidad. Aclamaba como si fuera evangelizadora. “Pare de sufrir”, le faltó decir. El público no le creyó nada. Gritaban: “¡Quiere llorar, quiere llorar!”
En los dos minutos últimos de reflexión, Roldán pidió a los solidarenses no dejarse engañar, mientras sacaba una mampara de Laura Beristain y su hermana, pidiendo que cada candidato se debe realizarse la prueba de antidoping y psicológica, si es que quiere contender. Y otra más, donde se apreciaba la portada de un periódico local que denuncia cómo la diputada local compro colchones, frigobares, aires acondicionados y toda una lista de enseres con factura al Congreso del Estado, señalando cómo las imposiciones de corruptos dividieron a Morena.
A la ganadora de este debate le esperaban simpatizantes afuera del edificio del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, sobre la avenida Hidalgo de la ciudad de Chetumal. A Cristina Torres le sigue la gente hasta la capital del estado. Al igual que en el debate, la victoria quedará demostrada en las urnas. (Adriana Olvera/GRUPO CANTÓN)