CANCÚN.- El altísimo flujo turístico está de regreso al Caribe mexicano, y aparejados los problemas como el sargazo, que hace casi una década, cada año, provoca dolor de cabeza ante la negligencia e indolencia de autoridades e iniciativa privada.
Esteban de Jesús Amaro Mauricio, director de la Red de Monitoreo del Sargazo, pronosticó hace semanas el aumento en la llegada del alga para verano, tras una gran acumulación en el océano Atlántico central, que se desplaza al oeste.
El fin de semana, la macroalga comenzó a llegar a las playas del Caribe mexicano, lo que amenaza la llegada de los ─ahora hasta deseados─ springbreakers y vacacionistas para la temporada de Semana Santa.
Este año se estima el arribo de 22 millones de toneladas de sargazo, que afecta al ecosistema, perjudica a las comunidades pesqueras e impacta al sector turístico, de acuerdo con la Red de Monitoreo.
“Es necesario adoptar medidas más integrales y coordinadas a escala mundial para enfrentar ese desafío global, pues las soluciones aisladas y puntuales han sido insuficientes para controlar el problema”, alertó el también hidrobiólogo.
El tema del sargazo también preocupa del otro lado del mundo: han llegado científicos cubanos para aprender “cómo se trata” el sargazo, y se prevé el arribo de especialistas de la Universidad de Múnich con maquinaria para procesarlo y convertirlo en biocombustible.
Y el próximo viernes, personal del ayuntamiento de Solidaridad hará un foro virtual con académicos de Costa Rica sobre la problemática.
En las costas, el principal problema es que la macroalga se acumula en grandes cantidades y crece a gran velocidad: puede llegar a duplicar su masa en solo 20 días.
La Secretaría de Marina (Semar) ─”atiende” el problema por idea presidencial─ y solo en 2023 solicitó 12.6 millones de pesos para adquirir 14 embarcaciones para combatir el sargazo solo en las costas de Quintana Roo.
Hasta el año pasado, la Semar tenía un buque sargacero oceánico, 11 costeros y 13 embarcaciones menores para el tratamiento y traslado de la macroalga.