CIUDAD DE MÉXICO.- La madrugada del 25 de enero de 2010 cambió su vida. A partir de ese día ya no fue el mismo, el ídolo americanista se aferró a la vida de una manera distinta. Los aficionados rezaban por su recuperación, luego que el paraguayo recibiera un balazo en la cabeza en un bar nocturno en la Ciudad de México. Después de unos días, Salvador Cabañas despertó del coma, posteriormente se recuperó, pero los doctores decidieron no quitarle la bala para que la vida del “Mariscal” no corriera riesgos.
El guaraní vio cómo perdió todo y volvió a empezar de nuevo. Ahora, vive una nueva faceta a siete años del trágico suceso, pero aún en la mente su recuerdo por el América.
“Ya no me acuerdo de nada. Estoy muy bien. Sólo quiero entrenar a los chicos y enseñarles todo lo que aprendí”, dijo Cabañas en una entrevista a una radiodifusora local.
Actualmente radica en Itauguá. Dirige las inferiores del Deportivo Capiatá. Asimismo, vive con sus padres, donde los ayuda en la elaboración de pan y colabora con los gastos.
En aquél 2010, Cabañas se preparaba para disputar su segunda Copa del Mundo, titular indiscutible con la selección de Paraguay, pieza importante para la clasificación de los guaraníes a Sudáfrica, y con el América. Su entrega y su eficacia en la cancha, hicieron que la afición lo arropara como su ídolo.
“Cada día que me levanto, agradezco a Dios de estar vivo”, dijo en una entrevista.
Después del incidente, Cabañas intentó jugar en divisiones inferiores, pero no fue lo mismo.
El guaraní sigue de cerca a su selección y considera que levantará la cabeza y pide apoyo para las eliminatorias rumbo a Rusia 2018.
Por otro lado, prevé que a Cecilio Domínguez le irá bien en el América “porque es un buen jugador”.(Fuente: Tabasco Hoy)