CIUDAD DE MÉXICO.– Un minuto fue la diferencia entre la gloria y el infierno. La de 2016, al menos en México, y para los que gustan del futbol, fue una celebración de Navidad diferente, pues se disputó la Final del Apertura. Tigres y el América fueron los protagonistas, los Campeones, los primeros.
Ni siquiera ha pasado un mes de una noche triste para las Águilas, y una muy heroica para los felinos, pero el calendario dispuso que se vuelvan a enfrentar, en el mismo Estadio Universitario, aunque ahora con escenarios distintos.
Y es que para este enfrentamiento, está claro que ni regios ni capitalinos llegan en su tope futbolístico, porque el poco tiempo de preparación entre un torneo y el otro, por supuesto que cobró factura y esto es evidente.
Ambos conjuntos tuvieron apenas días de descanso y pocos para realizar una pretemporada más o menos decorosa, aunque tomando como base que ambos mantienen su columna, el duelo podría traer buenas cosas.
Al final, muchas cosas quedaron pendientes, porque el partido de Vuelta para definir al monarca se excedió en roces, al tiempo que la actuación arbitral fue un desastre, lo que ocasionó todavía un juego más ríspido y hasta con bronca.
Los Ricardos, Ferretti y La Volpe, tendrán un nuevo reto en sus respectivos banquillos, que seguramente se convertirá en el aderezo de la contienda.(Redacción / QUINTANA ROO HOY)