Con frecuencia escucho la pregunta ¿qué estará dando México a cambio del trato “benevolente” de Trump? además de “exportar” a todos los peces gordos del narcotráfico, el costo social parece menor pero no es así, quizá porque poco se habla de ello o porque no sucede específicamente en México sino en tierras norteamericanas y es el trato a nuestros migrantes, quizá solo nos demos cuenta cuando las remesas provenientes de estados unidos a sus familias bajen lo suficiente y sean las familias mexicanas las que tengamos que devolver esa ayuda que en algún momento fue el único sostén real del país.
Porque nuestros hermanos no partieron por gusto, sino por la terrible necesidad de un sistema que los ahogaba hasta casi matarlos de hambre, donde sí, solo se regalaban cobijas provenientes del FONDEN, donde podías ver hombres con maestría y doctorado emplearse como taxistas porque no había de otra.
Esa gente que un día fue despedida de su tierra por hambre, ahora es despedida de su otra tierra, donde echaron raíces e historia, por racismo y represión. Mientras escribo esta columna me entero de una declaración (otra) terrible de Steven Miller anunciando la inmunidad total en operativos y redadas.
A la violencia y terror, se suma la impunidad y según la Casa Blanca el número de detenciones ya supera los 40,000. inmunidad, impunidad, terror, separación de familias y una situación muy delicada para los que, con papeles o sin ellos, se enfrentan a la disyuntiva de salir de casa y no regresar o dejar a sus familias sin comer.
Mientras los gastos se acumulan y las presiones se recrudecen, en las Mañaneras todavía se dice cuál compañía es mejor para las transferencias y cuando se habla de las detenciones se minimizan los números, se cambia el tema.
Sé y entiendo que nuestra situación ante Estados Unidos es delicada, pero no veo al servicio de migración, la embajada o al canciller alzar la voz (como es su obligación) u ofrecer algo más que un tibio apoyo moral, quizá ese sea el precio que tenemos que pagar para que Trump sea “benevolente”, un cobarde silencio, un mirar a otro lado mientras los videos que logran colarse (porque hay censura), nos muestran gente apaleada, niños desprendidos de sus padres, atropellamientos y hasta muertes perpetradas por mercenarios con el rostro cubierto y con mayor violencia, ahora que su inmunidad está asegurada.
México hoy, no le devuelve a sus hermanos migrantes la mano que tantas veces nos dieron en los momentos difíciles y eso, como mexicana, me llena de ira y vergüenza.
Ana María Vázquez
Dramaturga/Escritora
X- @Anamariavazquez
