Entra la mujer a su recámara para encontrar al marido, desnudo, abrazado de una jovencita. Y el susodicho, en la sorpresa, con las manos ocupadas, la mira fijamente y le dice, con todo el cinismo: “Mujer, no veas lo que tu corazón no quiere creer”.
Así llegó Enrique de la Madrid a Cancún, a decirnos que no veamos lo que no queremos ver.
Que el aeropuerto vacío, las tarifas de vuelo a Cancún regaladas, los restaurantes y bares sin clientes, las calles desiertas, hasta los hoteles sin clientes no existen. Que no debemos verlo así porque en su “corazón” existe un aumento del 7% de visitantes a Quintana Roo.
Y como si fuese poco este argumento, tan políticamente correcto sin ser comprobable, mandó a los hoteleros que se han quejado como tantos ciudadanos afectados, que salgan a las calles a buscar a esos turistas, a esos visitantes que conforman su “siete por ciento” de aumento.
Pregunta torpe: ¿Qué pasa si no los encontramos?
El argumento de Enrique de la Madrid, tan vapuleado en sus aspiraciones presidenciales, es idéntico a la respuesta presidencial en la reunión del lunes pasado, en el Museo de Antropología de la Ciudad de México, convocada por el dueño del diario El Financiero, Manuel Arroyo, donde Peña Nieto expresó que no hay problema con el “warning” del gobierno de Estados Unidos.
Y, obvio, tampoco con lo que un empresario del sector señaló ya como una crisis. Oficialmente, según el primer mandatario y el titular de Turismo, no existe problema alguno.
Sería conveniente que se lo dijesen a los meseros, a las recamareras, a todos los ciudadanos que llevan comida a su mesa en total dependencia del número de visitantes. El 10% de cancelaciones para diciembre no puede ignorarse, y menos todavía resarcirse con ese hipotético 7% de aumento en turistas.
¿Cuántos ejecutados llevamos en Cancún, en Playa del Carmen, en Puerto Morelos, hasta en Tulum? Si el mismo dinero te lleva a ciudades, a playas, a sitios exóticos y fascinantes del planeta… ¿vendrías a Quintana Roo con el riesgo de quedar atrapado en una balacera? Ese es el argumento de millones de visitantes que no vendrán.
Si entendemos la realidad en números, en estadísticas sacadas de quién sabe dónde, no podremos nunca enfrentar los problemas, y menos todavía solucionarnos.
Los argumentos del secretario de Turismo federal, Enrique de la Madrid, son por lo menos ofensivos y corresponden a un país donde no vivimos los quintanarroenses.
