Hay libros que no envejecen porque tocan el núcleo de lo humano.
El corazón del hombre de Erich Fromm es uno de ellos.
En él, el psicoanalista humanista describe la tragedia interior del ser humano: su tendencia al mal, al egoísmo y a la destrucción, no por una fatalidad biológica, sino por una elección ética. Fromm sostiene que el hombre moderno vive entre dos polos: el amor a la vida (biophilia) y el amor a la muerte (necrophilia).
Esa tensión explica tanto la ternura como la crueldad, tanto la generosidad como la violencia.
Lobo o cordero, dice Fromm.
La Biblia no discrepa, pero va más profundo. Jeremías 17:9 sentencia: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”. Sin embargo, la promoción de hoy es: Confía en los dictados de tu corazón… Cuando nuestro propio mundo interior es un caos, sabotea, codicia, envidia, agoniza con su propia angustia e imaginario y terrores del porvenir incierto. Fromm diagnostica los trastornos y las violencias de las personas; la Escritura revela su raíz. El corazón humano está dañado por el pecado y, sin redención, produce frutos amargos de muerte. Mientras Fromm llama al hombre a la responsabilidad moral, Cristo propone regeneración integral: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros” (Ezequiel 36:26).
El contexto de hoy exalta la autosuficiencia y la razón técnica, pero sigue sin resolver la perversidad de la sociedad actual. Violencia, corrupción, abusos de poder, egoísmo, traición, infidelidad, odio, rencor, frustración y abusos del que más puede y tiene es el olor de lo que se cocina en lo cotidiano.
La psicología describe muy bien la herida y el sufrimiento de la enfermedad mental de la sociedad y sus individuos; pero solo el Evangelio puede sanarla. Fromm invita a humanizarnos; Cristo nos invita a creer en Él, confesar, arrepentirnos y disfrutar de la transformación que en su sola gracia se encuentra.
Pensamiento para el bolsillo: El cambio ético sin transformación espiritual rotundo y profundo, es un mero envoltorio y maquillaje moral, simulación conductual temporal, es solo cortesía fingida.
Desafío práctico: Examina hoy tus deseos y motivaciones más profundos. Pregúntate si tus intenciones y decisiones nacen del amor a la vida o del amor a la muerte. Deja que el Espíritu de Dios regenere tu corazón para que tu ética no solo sea correcta, temporal y situacional, sino redimida e inalterable en medio de este momento cambiante y escurridizo en sus valores y principios.