Rendir cuentas no es solo cumplir una obligación: es mirar a los ojos a la gente y decirle que su confianza valió la pena.
Este fin de semana presenté mi primer informe legislativo, no como un acto protocolario, sino como un encuentro entre historias, causas y esperanzas compartidas.
Hace 17 años inicié este camino caminando junto a las familias, las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores, los empresarios y los líderes sociales y religiosos que le dieron sentido a mi vocación de servicio.
Porque ser diputada no es asistir a sesiones: es estar en el territorio, escuchar, resolver y construir soluciones reales con la gente.
Durante este primer año legislativo confirmé que la política puede ser humana, cercana y transformadora.
Cada iniciativa que presenté nació de una historia, de una causa, de una necesidad sentida por la sociedad quintanarroense.
Impulsé reformas que hoy son una realidad:
— Protección para niñas y niños huérfanos por feminicidio.
— El Protocolo Mariposa, que brinda acompañamiento a mujeres que enfrentan pérdidas gestacionales.
— Garantías para que las mujeres privadas de su libertad vivan su maternidad con dignidad.
— Acceso para personas con discapacidad a espacios públicos y privados con sus animales de apoyo emocional.
— Sanciones a quienes utilicen la inteligencia artificial con fines de acoso o suplantación de identidad.
También propuse fortalecer la Fiscalía Especializada en Protección Animal, Delitos Ambientales y Desarrollo Urbano, porque una sociedad más justa también es aquella que protege toda forma de vida.
No he legislado desde un escritorio. Lo he hecho desde las calles, los parques, las colonias y los foros, donde la voz de la ciudadanía se convierte en ley.
Durante este año realicé más de 165 reuniones territoriales, 37 encuentros con asociaciones civiles, 41 actividades con el sector empresarial y 29 paneles y foros que me permitieron conocer y abrazar las causas que hoy defiendo en el Congreso.
Mi compromiso es seguir legislando con empatía y sensibilidad, de la mano de todas y todos. Agradezco profundamente el ejemplo de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, quien nos inspira a demostrar que las mujeres sí podemos gobernar con firmeza y corazón; y a nuestra gobernadora Mara Lezama, por recordarnos que el poder solo tiene sentido cuando se pone al servicio del pueblo.
También reconozco a las Tejedoras de la Patria, mujeres que desde los barrios y comunidades transforman la realidad con creatividad, esfuerzo y esperanza.
Ellas representan la fuerza de lo colectivo, la grandeza de lo cotidiano.
Hoy puedo decir con orgullo que este primer informe fue de todas y de todos.
De las asociaciones que no se rinden, de los empresarios solidarios, de los líderes religiosos que promueven la paz, y de las familias del
Distrito 6, que me han enseñado que la política solo tiene sentido cuando toca vidas.
Gracias a los más de 700 asistentes que me acompañaron en este encuentro ciudadano.
Seguiré trabajando cada día con la misma convicción: construir un mejor Distrito 6, un mejor Quintana Roo y un mejor México, donde la justicia se teja con el corazón.