Esta semana queda grabada como otra muestra tangible de lo que representa hoy la oposición en nuestro país:
la alternativa sin proyecto, la crítica sin contenido y la crítica que solo busca capitalizar tragedias, odio o modas juveniles.
Tres eventos lo confirman sin excusa.
Primero, la carroñería vergonzante con la que algunos sectores quisieron sacar rédito político del suceso en Michoacán.
No fue propuesta, no fue solidaridad, fue explotación del dolor ajeno.
Segundo, el espectáculo de majadería protagonizado por el PRI en la Cámara de Diputados contra de la Presidenta Nacional de MORENA: insultos, interrupciones, provocaciones, sin un solo planteamiento alternativo.
Tercero, la supuesta “marcha” de la #Generación Z convocada para hoy —y quizá otra el próximo sábado— que parece más un intento de aparecer que un colectivo con voz propia y agenda clara.
¿Qué representan estos actos?
Oportunismo barato, berrinches obvios y odio a la 4T que no construye nada. Cada semana demuestran que no tienen sustancia alguna.
Se quejan de que no hay democracia en un país donde más del 54 % vota por este proyecto y más del 70 % respalda al gobierno.
MORENA no arrasa solo por ser la mejor opción en la boleta: arrasa porque las opciones de oposición son de vergüenza.
Alguien se los tiene que decir, carajo: la oposición es la única responsable de que no haya mayor oferta política en México. No es que no haya democracia: es que a nadie le interesa votar por ustedes.
Los ciudadanos exigen soluciones, no escándalos; buscan futuro, no peleas viejas. Y mientras ustedes siguen reaccionando, nosotros seguimos construyendo. La transformación no espera.
