“The New Customs Reality”
The Roar of the Lion
By: Sergio León Cervantes
In 2025, Mexico’s Customs Law reform is not only a technical update — it’s a strategic reset. Behind its legal language lies a message to every entrepreneur: you are now part of the border.
The objective is clear: to modernize the country’s trade ecosystem, strengthen fiscal control, and eliminate the old gray zones where errors or omissions were tolerated. The reform transforms every import and export operation into a transparent, digital, traceable process — and every company into a fiscal subject directly responsible for what crosses the border under its name.
For importers and exporters, this means the end of delegation without accountability. They must validate the origin, value, and classification of their goods; store digital evidence; and align their internal accounting systems with ANAM and SAT platforms. Trusting a customs agent is no longer enough — you must supervise, verify, and certify.
The advantage? Those who adapt will enjoy faster clearances, fewer inspections, and better international reputation. The risk? Suspension of operations or fiscal penalties if they ignore the change.
This is not a punitive reform — it’s an invitation to maturity. The era of improvisation in foreign trade is over. Understanding and complying with this law is not only a duty; it’s a competitive advantage. Entrepreneurs who internalize it will not just survive globalization — they will lead it.
Until next week, with new challenges and opportunities!
Fearlessly reaching the top, because we already have success.
X: @Oigres14 | IG: @sergioleoncervantes | Mail: sergioleon@sergioleon.mx
POR SERGIO LEÓN CERVANTES
En 2025, la Reforma a la Ley Aduanera no es solo una actualización técnica: es un reinicio estratégico. Detrás de su lenguaje jurídico hay un mensaje claro para todo empresario: ahora tú también eres parte de la frontera.
El objetivo es modernizar el sistema de comercio exterior, fortalecer el control fiscal y eliminar las zonas grises donde los errores o las omisiones eran toleradas. Cada operación de importación o exportación se vuelve ahora digital, trazable y fiscalmente responsable, y cada empresa, un actor jurídico directo ante la autoridad.
Para los importadores y exportadores, esto significa el fin de delegar sin supervisar. Deberán comprobar el origen, el valor y la clasificación de sus mercancías, resguardar electrónicamente la documentación y sincronizar su contabilidad con los sistemas de la ANAM y el SAT. Confiar en el agente aduanal ya no basta: hay que verificar, auditar y certificar.
La ventaja es clara: quienes se adapten disfrutarán menos inspecciones, procesos más ágiles y mayor reputación internacional. El riesgo: sanciones, suspensiones o pérdidas millonarias por incumplimiento.
Esta no es una reforma punitiva, sino una invitación a la madurez empresarial. La era de la improvisación en el comercio exterior terminó. Entender esta ley no es una carga: es una oportunidad para competir, crecer y liderar en el nuevo orden económico global.
¡Hasta la próxima semana, con nuevos retos y oportunidades!
Sin miedo a la cima, porque el éxito ya lo tenemos.