ILEANA GONZÁLEZ
La importancia de la psicoterapia en la infancia
El incremento de la psicopatología en la infancia es un fenómeno que preocupa no solo a expertos en salud mental, sino también, a expertos en educación y políticas públicas. Las estadísticas y estudios recientes apuntan a un aumento significativo en el número de niños y adolescentes que experimentan problemas emocionales y conductuales, tales como ansiedad, depresión, trastornos del comportamiento y dificultades en el control de impulsos. Este aumento plantea interrogantes sobre los factores que están afectando la salud mental de los menores, así como sobre las estrategias necesarias para abordarlo.
En México, las psicopatologías en niños y adolescentes han crecido. Cada vez nos encontramos con más adolescentes con diagnósticos de ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), problemas conductuales y autolesiones no suicidas. La ansiedad y la depresión son de las psicopatologías que actualmente están afectando a una gran parte de la población juvenil, sobre todo en adolescentes de 15 a 19 años. Estos trastornos pueden manifestarse como preocupaciones intensas y persistentes o estados depresivos, irritabilidad, cambios drásticos de humor, cambios en los hábitos de sueño y de comida, falta de motivación, pesimismo, que, de no atenderse, pueden llevar a consecuencias graves como el deterioro académico y, en casos extremos, conductas suicidas. De hecho, el suicidio es la cuarta causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años.
Por lo que en el presente se avecinan varios cambios para revertir esta situación, ya que lo que se pretende, es que desde la infancia podamos tener acceso a herramientas de bienestar emocional, ya que se ha demostrado que la psicoterapia en la infancia tiene un impacto profundo y duradero, ya que permite intervenir en un momento clave del desarrollo. Estudios realizados muestran que la terapia psicológica en niños y adolescentes es efectiva para tratar problemas de ansiedad, depresión, comportamiento y otros trastornos emocionales comunes en estas edades. Al intervenir de manera temprana, se pueden evitar complicaciones más serias en la adolescencia y adultez, como problemas de adicción, bajo rendimiento académico, relaciones conflictivas e incluso tendencias suicidas. Esta prevención temprana también es económicamente beneficiosa, al reducir la necesidad de tratamientos más costosos en etapas posteriores de la vida.
Tras la pandemia la cultura de hablar y atender temas de la salud mental ha evolucionado significativamente. Hoy en día, se observa una mayor apertura y disposición para hablar sobre trastornos como la ansiedad, la depresión y el estrés, así como la importancia de acudir a terapia o buscar apoyo profesional. Por tal motivo parte del propósito de esta columna es generar un espacio seguro y confiable para infórmanos y tomar acción sobre la salud mental. Como adultos es nuestra responsabilidad que las siguientes generaciones puedan tener mejores herramientas de vida.
¿Qué puedes hacer si estás a cargo de un menor de edad para que crezca con herramientas de vida saludable? Si quieres guiar a un niño(a) a un desarrollo socioemocional adecuado, es importante que cuides cubrir estás cinco necesidades durante su infancia, para evitar psicopatologías severas en un futuro. La primera es vínculo seguro, de manera general consiste en que el menor se sienta seguro y protegido por sus padres, que se sienta amado y validado. La segunda necesidad de la infancia es la de autonomía y competencia, es importante que se le dé la oportunidad al menor de tener experiencias de logro en su vida y por supuesto que estas experiencias sean acorde a la edad que tenga. La tercera es libertad para expresar necesidades y emociones, es fundamental que los niños y adolescentes puedan tener la libertad de expresar lo que sienten y piensan sin que esto condicione el cariño del tutor, y que los guiemos a expresar y canalizar las emociones de forma saludable. La cuarta necesidad está relacionada con espontaneidad y juego, que tengan la oportunidad de jugar, de fantasear, de ser espontáneos y de descubrir el mundo desde sus sentidos. La última de las necesidades, pero no menos importante, es la de límites realistas y autocontrol, nuestros infantes necesitan aprender límites y desarrollar autocontrol para integrarse en la sociedad de forma saludable. Esto se desarrolla estableciendo para ellos rutinas estables de vida que contengan actividades de disfrute y de logro.
Es de suma importancia que acompañado de expertos sigamos generando espacios y acciones que nos permitan hablar y difundir herramientas de bienestar emocional, porque todos tenemos derecho a vivir una vida plena.