Voces

Infancia en los procesos judiciales: preguntas que incomodan y respuestas que urgen

¿Por qué es necesario hablar de perspectiva de infancia dentro de los procesos judiciales?

Porque durante décadas las niñas y los niños fueron tratados como meros testigos pasivos o piezas de evidencia, cuando en realidad son sujetos de derecho que viven las consecuencias más profundas de una decisión judicial. El sistema ya no puede permitir que su voz sea un accesorio.

¿Basta con escucharlos en una entrevista?
No. La perspectiva de infancia exige un trato especializado, entrevistas adaptadas a su etapa de desarrollo y entornos libres de intimidación. No se trata solo de obtener información, sino de garantizar que su participación no los revictimice ni los silencie.

¿Cuáles son los errores más frecuentes en los tribunales?
La falta de personal capacitado, la repetición innecesaria de declaraciones y la ausencia de espacios adecuados. Cuando una niña tiene que contar su historia varias veces ante distintas autoridades, el sistema falla. La perspectiva de infancia exige procesos más humanos y eficientes.

¿Se debe creer todo lo que dice un menor?
El punto no es creer ciegamente, sino comprender el contexto emocional y cognitivo desde el que habla. La mirada adulta debe ajustarse, no imponer juicios propios. La interpretación debe ser profesional y responsable.

¿El Estado mexicano ha avanzado en este tema?
Sí, en leyes y protocolos. Pero en la práctica persisten rezagos: falta capacitación, infraestructura y voluntad para priorizar la experiencia del niño sobre la burocracia. Mientras no se garantice su bienestar en cada fase del proceso, la perspectiva de infancia seguirá siendo una promesa incompleta.

La pregunta final es inevitable: ¿puede llamarse justicia un proceso que no mira, no escucha y no comprende a la infancia?
La respuesta define la calidad moral de todo el sistema judicial.

Publicado por
Javier