Voces

Cuando la Justicia Social se mide en vidas que cambian – La Fuerza de la Transformación

Jorge Sanén, Diputado de la Transformación

Hablar hoy de la reducción de la pobreza en Quintana Roo es hablar de una transformación real, medible y profundamente humana. Durante décadas se nos dijo que el crecimiento económico bastaba, que la prosperidad “se derramaba” por sí sola. Pero la realidad fue otra: hubo más turismo, sí, pero no necesariamente más bienestar; hubo cifras positivas, pero no justicia social.

La Cuarta Transformación llegó justamente para romper con esa simulación.

En siete años de gobiernos de la transformación, México ha logrado sacar de la pobreza a más de 13.4 millones de personas, y Quintana Roo es una muestra viva de cómo un nuevo modelo económico —la economía moral— puede cambiar destinos colectivos. Aquí, donde por muchos años la desigualdad convivió con el éxito turístico, hoy vemos una ruta distinta: crecimiento sí, pero acompañado de bienestar para quienes sostienen el motor económico del estado.

La diferencia está en la manera de gobernar. Hoy el gobierno ya no trabaja de espaldas al pueblo, sino de su mano. Programas como Pensión para el Bienestar, Jóvenes Construyendo el Futuro, becas educativas, Sembrando Vida, apoyos a jefas de familia y personas con discapacidad, han significado ingresos directos que llegan sin intermediarios a quienes más lo necesitan. Ese dinero que antes se perdía en corrupción hoy se queda en las comunidades, dinamiza la economía local y fortalece el consumo familiar.

En Quintana Roo esto se refleja en algo muy concreto: mejores condiciones de vida para miles de familias trabajadoras del turismo, quienes hoy cuentan con respaldo federal como nunca antes lo habían tenido. A ello se suma una inversión histórica en infraestructura social: caminos, hospitales, educación, movilidad y vivienda.

Obras como el Tren Maya, el Puente Nichupté, el Aeropuerto de Tulum, además de la recuperación de playas públicas y el ordenamiento territorial, no solo fortalecen nuestra economía: están generando empleo formal, distribución regional del desarrollo y oportunidades para comunidades que durante años estuvieron fuera del radar.

Además, el modelo de justicia social se consolida desde lo local. Bajo el liderazgo de la gobernadora Mara Lezama, Quintana Roo ha impulsado una política de prosperidad compartida, donde cada proyecto de desarrollo va acompañado de inversión social, capacitación laboral y cobertura de derechos. Hoy no hablamos solo de atraer turismo: hablamos de que las y los trabajadores vivan mejor, tengan vivienda digna, acceso a salud, educación para sus hijos y seguridad social.

Desde el Congreso del Estado, esta visión se ha traducido en leyes que fortalecen derechos laborales, inclusión social, igualdad sustantiva y acceso a programas de bienestar, además de presupuestos sociales que priorizan educación, salud, seguridad y vivienda sin generar nuevos impuestos. Legislamos bajo una premisa muy clara: cada peso público debe servir para combatir desigualdades, no para alimentar privilegios.

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La reducción de la pobreza no se logra con discursos: se logra con políticas públicas que ponen al pueblo primero. Hoy las cifras nacionales confirman lo que en nuestro territorio vemos todos los días: familias que dejaron atrás la incertidumbre, jóvenes que ahora estudian o trabajan, adultos mayores con ingresos garantizados, mujeres que cuentan con respaldo social. Esa es la transformación que defendemos.

Por eso afirmo que la Cuarta Transformación en Quintana Roo no es una narrativa política: es una realidad que camina en las calles, en los ejidos, en las colonias y en las comunidades mayas. Es la justicia social convertida en resultados tangibles.

Siete años después, tenemos la certeza de que el modelo funciona. Pero también sabemos que no podemos detenernos. Aún hay rezagos, aún hay retos. Por eso seguimos trabajando desde el territorio y desde el Congreso: para profundizar el proyecto de economía moral, para seguir cerrando la brecha de desigualdad y para garantizar que el éxito de Quintana Roo sea siempre éxito compartido.

Porque la verdadera transformación no se mide en grandes cifras macroeconómicas, sino en la posibilidad de que cada familia viva mejor.
Y en Quintana Roo, esa posibilidad hoy es real.

Publicado por
Adri