Quintana Roo está a punto de vivir un momento histórico: no tendrá partidos del Mundial 2026, pero sí será el hogar temporal de dos selecciones nacionales que usarán Cancún y la Riviera Maya como su punto de partida rumbo a la máxima competencia del planeta.
Entre el turquesa del Caribe y la hospitalidad que distingue a la región, los hoteles Moon Palace Cancún y Fairmont Mayakoba fueron elegidos por FIFA como campamentos base, un reconocimiento que pocos destinos logran por su infraestructura, conectividad y capacidad logística.
Esta designación no solo habla del turismo de lujo, sino del valor estratégico del Caribe Mexicano como espacio ideal para el rendimiento deportivo. Aquí, futbolistas de talla mundial entrenarán, descansarán y encontrarán la calma necesaria antes de saltar a la cancha.
Las autoridades ya preparan protocolos, activaciones y una estrategia para mostrar al mundo el mejor rostro de Quintana Roo, aprovechando también la fuerza del Aeropuerto Internacional de Cancún como el principal punto de entrada internacional del país.
Cumplir con estándares FIFA no es tarea menor, pero los beneficios serán enormes: visibilidad global, derrama económica y un legado que fortalecerá al estado como destino deportivo.
Porque, aunque en 2026 no haya estadio mundialista en estas tierras, sí habrá historia. Y cada selección que se prepare en este paraíso llevará consigo un pedazo del Caribe Mexicano al momento de competir.