ROBERTO LEMUS / GRUPO CANTÓN
TULUM.- A pesar de que el sargazo ha dejado de recalar en las costas del Caribe, visitantes y residentes han notado un cambio inusual en el color del mar en playas como Punta Piedra y Conchitas, donde el agua luce turbia y con un tono marrón que contrasta con el habitual azul turquesa.
El fenómeno, conocido popularmente como “mar chocolatoso”, ha causado sorpresa entre los bañistas que esperaban encontrar aguas cristalinas. Sin embargo, especialistas explican que esta apariencia se debe a los restos de materia orgánica que permanecen en el subsuelo marino, resultado de la descomposición del sargazo acumulado durante meses.
Durante un recorrido por la franja costera se observó que el oleaje remueve sedimentos y residuos vegetales, lo que genera una tonalidad opaca que disminuye la transparencia del agua. Aunque el olor y la textura del mar no presentan señales de contaminación, el aspecto visual ha generado comentarios y cierta decepción entre algunos turistas.
Expertos locales señalan que el proceso de descomposición libera taninos y otros compuestos naturales que tiñen el agua de marrón. Este efecto puede mantenerse por varias semanas, hasta que las corrientes marinas y los vientos dispersen por completo los residuos orgánicos atrapados en la arena.
Prestadores de servicios turísticos reconocen que, si bien no existe un riesgo sanitario, la apariencia del mar afecta la percepción del destino. Muchos visitantes asocian el color oscuro con contaminación, sin saber que se trata de un fenómeno natural posterior al recale masivo de sargazo.
Autoridades ambientales mantienen una supervisión constante de la calidad del agua y exhortan a los bañistas a no remover la arena ni los sedimentos, ya que esto prolonga la turbidez. También se evalúa la posibilidad de reforzar las labores de limpieza submarina y costera para acelerar la recuperación del ecosistema.
Se prevé que, con el cambio de corrientes y el incremento del viento en las próximas semanas, el mar de Tulum recupere su característico tono turquesa, símbolo natural que atrae cada año a miles de visitantes nacionales y extranjeros.