Roberto Lemus / Grupo Cantón
Especialistas señalan que el destino atraviesa ahora una fase natural de corrección, marcada por sobreoferta, caída en ocupaciones y un reacomodo del mercado.
Tulum.— Las expectativas de rentabilidad y ocupación que impulsaron el auge inmobiliario en Tulum durante el periodo postpandemia resultaron ser “falaces”, según especialistas del sector, quienes advierten que el destino atraviesa ahora una fase natural de corrección después de años de crecimiento acelerado.
Durante los meses posteriores a la pandemia, Tulum vivió uno de los momentos más dinámicos de su historia reciente. Con escasa oferta y una demanda desbordada, los precios de renta y venta se dispararon.
“Tulum se puso en el mapa con muchísima fuerza. Había poco inventario y mucho cliente; la ley básica de la economía hizo su trabajo: precios para arriba”, explicó Josep Martí director comercial del desarrollo inmobiliario Ekab, con más de 20 años de experiencia en el sector.
Sin embargo, conforme comenzaron a entregarse nuevos desarrollos, el mercado mostró una realidad distinta. La alta disponibilidad de unidades, sumada a una sobreestimación de la demanda, reveló que muchos de los argumentos comerciales que prometían ocupaciones “automáticas” no eran sostenibles.
“El negocio no se hacía solo. Cuando los proyectos se entregaron, quedó claro que esas proyecciones no estaban bien fundamentadas”, señalan.
Actualmente, el mercado inmobiliario local se encuentra en una fase descendente del ciclo. Uno de los segmentos más afectados ha sido el denominado no market, compuesto por propiedades dirigidas a la renta vacacional que, durante varios años, desplazaron una gran cantidad de oferta tradicional. La caída en ocupaciones y tarifas ha obligado a los inversionistas a replantear expectativas y estrategias.
A pesar del escenario adverso, expertos consideran que este proceso es necesario y hasta saludable para el destino.
“Las crisis filtran: sacuden el árbol y todo lo que no estaba bien agarrado se cae. Pero quienes tienen bases sólidas seguirán adelante”, apuntaron.
La comparación con el fenómeno del sargazo aparece como una analogía recurrente: así como las playas pueden pasar de estar saturadas de algas a lucir limpias en cuestión de semanas, el sector inmobiliario podría experimentar un reacomodo que devuelva estabilidad al mercado.
Según los especialistas, Tulum está entrando en una etapa de depuración que permitirá identificar a los proyectos mejor estructurados y a los inversionistas con visión de largo plazo, mientras el destino se adapta a un entorno más competitivo y menos especulativo.

