Roberto Lemus/Grupo Cantón
Tulum.- La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) de Tulum atraviesa uno de sus periodos más débiles en años. La organización que históricamente representó un respaldo para los negocios locales ha mostrado signos de abandono, falta de gestión y ausencia de resultados tangibles para el sector.
El primer síntoma de inestabilidad fue la cancelación de la tradicional Feria del Regreso a Clases, un evento que durante una década benefició tanto a pequeños comercios como a familias tulumnenses con útiles escolares a precios accesibles. Su desaparición evidenció desorganización interna y una ruptura con los programas que daban cohesión al sector comercial.
Pero el golpe más fuerte llegó meses después, cuando Tulum quedó fuera del Buen Fin, una de las iniciativas nacionales más importantes para incentivar el consumo interno. Mientras otros municipios aprovecharon el programa para impulsar sus ventas, los comerciantes locales se enfrentaron a pérdidas directas, ausencia de promoción y una clara desventaja competitiva frente a destinos vecinos como Playa del Carmen y Cancún.
Fuentes consultadas señalan que la falta de resultados deriva de una dirigencia poco involucrada. Aseguran que Felipe Náhuat ha concentrado su tiempo en atender sus propios negocios ubicados en la zona de transición, relegando la conducción de la cámara y dejando sin respaldo a micro, pequeños y medianos empresarios.
En el interior del organismo no existe —según los propios agremiados— un plan de trabajo claro, ni asesorías económicas, capacitación, acompañamiento legal o estrategias de crecimiento, elementos que en otros años caracterizaron a la Canaco-Servytur como un aliado clave para el comercio local. El malestar interno es evidente: comerciantes se sienten sin liderazgo y sin representación en un contexto económico que demanda coordinación y presencia institucional.
La cámara, que debería ser un pilar de fortalecimiento empresarial, opera hoy como una estructura inactiva y desconectada de las necesidades reales del sector. De mantenerse esta tendencia, la falta de dirección podría derivar en un deterioro prolongado de la competitividad comercial en Tulum.
El reto inmediato es recuperar la función representativa que la organización ha perdido. El comercio local exige una dirigencia comprometida, transparente y enfocada en el beneficio colectivo. Solo así será posible reconstruir la confianza y devolverle al sector el dinamismo que, bajo la actual administración, parece haberse difuminado.