Manuel Baeza / Grupo Cantón
Víctor Moguel Madero, empleado del sector hotelero en el resort Moon Palace de Cancún, comparte su profunda devoción a la Virgen de Guadalupe, participando activamente desde hace más de dos décadas en las caravanas anuales organizadas por sus compañeros.
Cada año, alrededor de 300 personas se congregan con un fervor inquebrantable para realizar el recorrido hacia el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en la Supermanzana 63 de esta ciudad.
Este trayecto, lleno de cantos, oraciones y ofrendas, culmina en el santuario donde los peregrinos llegan para dar gracias por los milagros recibidos y renovar su fe.
Moguel Madero relata que él y sus compañeros del Moon Palace se unen a esta tradición como una forma de expresar gratitud y fortalecer los lazos comunitarios en medio de la exigente labor hotelera.
Aunque las peregrinaciones del sector turístico suelen partir desde la Zona Hotelera, los trabajadores de distintos resorts, incluyendo el Moon Palace, integran contingentes que reflejan la diversidad de la industria.
Cada participante lleva en su corazón peticiones personales y experiencias únicas, desde sanaciones hasta protecciones familiares, que motivan su entrega en la caminata.
A nivel individual, Víctor Moguel destaca que su devoción es diaria: “Cada día me levanto agradeciendo a Dios y a la Virgen por tener salud”, manifiesta con emoción.
Esta práctica personal se entrelaza con la colectiva, recordando que la fe guadalupana une a los cancunenses más allá de sus ocupaciones.
En el contexto de las celebraciones del 12 de diciembre, el Santuario de la Supermanzana 63 recibe miles de feligreses, con caravanas que parten de diversos puntos de la ciudad.
La tradición de Víctor Moguel Madero ejemplifica cómo la Virgen de Guadalupe sigue siendo un pilar espiritual para los trabajadores de Cancún, inspirando perseverancia y esperanza en su vida cotidiana.