Manuel Baeza / Grupo Cantón
Cancún.- En el marco del Mes del Hombre y con el Día Mundial de la Vasectomía recién conmemorado, en Quintana Roo la vasectomía sin bisturí continúa siendo un método anticonceptivo poco adoptado por los varones, pese a tratarse de una opción segura, efectiva, permanente y completamente gratuita en instituciones públicas como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud (SESA).
Este 2025, apenas alrededor de 520 hombres en el IMSS han decidido someterse al procedimiento como una forma responsable de planificación familiar, una cifra que evidencia la persistencia de tabúes y la tendencia a dejar la carga anticonceptiva exclusivamente en las mujeres, en un estado donde los embarazos no planeados y adolescentes siguen siendo un desafío de salud pública.
Del 24 al 28 de noviembre, el Gobierno de Quintana Roo, a través de la Secretaría de Salud, realizará una jornada de vasectomías sin bisturí gratuitas, aunque el registro previo cerró el 14 de noviembre; aún es posible acudir a las unidades de salud para recibir información y agendar en módulos permanentes.
Este bajo número de procedimientos refleja no solo una preferencia cultural por métodos femeninos como pastillas, DIU o ligadura de trompas, sino también la influencia de mitos arraigados en el machismo que asocian erróneamente la vasectomía con pérdida de virilidad o riesgos innecesarios.
En un contexto de alta tasa de embarazos no deseados, especialmente entre jóvenes, la vasectomía emerge como una alternativa definitiva que podría equilibrar la responsabilidad reproductiva y contribuir a familias más planeadas y estables en Quintana Roo.
La vasectomía sin bisturí es un procedimiento ambulatorio que dura apenas 20 minutos, se realiza con anestesia local mediante una pequeña punción en la piel del escroto, sin necesidad de bisturí ni hospitalización, permitiendo que el paciente regrese a casa el mismo día.
Consiste en localizar, ligar y cortar los conductos deferentes, impidiendo que los espermatozoides se mezclen con el semen; los espermatozoides siguen produciéndose, pero son absorbidos naturalmente por el organismo sin causar daño alguno a la salud.
Uno de los tabúes más extendidos es el miedo infundado a perder la potencia sexual o la virilidad: muchos hombres creen que la cirugía los hará “menos hombres”, afectará su libido, erección, orgasmo o incluso provocará cambios en la voz y el carácter, creencias alimentadas por el machismo tradicional aún vigente en la entidad.
Otro prejuicio común equipara la vasectomía con la castración o imagina complicaciones graves como dolor crónico o infertilidad absoluta sin reversión; en realidad, las complicaciones son mínimas (menos del 1%) y, aunque es un método definitivo, existen técnicas de reversión con tasas de éxito que varían según el tiempo transcurrido.
Especialistas del IMSS y SESA en Quintana Roo reiteran que la vasectomía no altera las hormonas masculinas: los testículos continúan produciendo testosterona, la erección y el placer sexual permanecen intactos, y la cantidad de semen es prácticamente la misma; muchos pacientes la describen como una liberación total para disfrutar la sexualidad sin temor a embarazos inesperados.
La importancia de este método radica en su efectividad cercana al 100%, superior a la mayoría de anticonceptivos femeninos, y en su contribución a la equidad de género al compartir la responsabilidad, aliviando a las mujeres de la carga hormonal continua o cirugías más invasivas.
En Quintana Roo, donde persisten desafíos como familias numerosas no planeadas y alta incidencia de pobreza asociada, aumentar las vasectomías podría mejorar la salud pública, reducir embarazos adolescentes y promover mayor bienestar familiar; se trata de un acto de madurez y amor hacia la pareja e hijos existentes.
A pesar de las campañas permanentes del IMSS, SESA y jornadas especiales como la de noviembre, con procedimiento gratuito, consejería obligatoria y recuperación rápida con breve descanso y cuidados simples, la cifra de 520 anuales urge a intensificar la educación sexual y los testimonios de hombres satisfechos que han transformado su vida.
En clínicas privadas de Quintana Roo, el costo oscila entre 5 mil y 15 mil pesos, dependiendo del urólogo y la ciudad, lo que hace aún más accesible la opción pública; en unidades de salud más cercanas se puede solicitar referencia inmediata.
En conclusión, la vasectomía no significa el fin de la masculinidad, sino el inicio de una paternidad responsable y una sexualidad libre.
En Quintana Roo, romper estos tabúes durante el Mes del Hombre y aprovechar las jornadas de noviembre podría cambiar miles de vidas, beneficiando a parejas que merecen decidir informadas y sin miedos infundados.