Manuel Baeza / Grupo Cantón
Cáritas Banco de Alimentos Quintana Roo busca financiamiento para realizar en 2026 un diagnóstico estatal que permita diseñar políticas públicas y campañas efectivas para reducir el desperdicio en toda la cadena alimentaria.
Cancún.- La ciudad de Cancún ocupa el segundo lugar a nivel nacional en desperdicio de alimentos en los hogares, solo detrás de Guadalajara, según reveló un estudio piloto realizado en 2024 por Cáritas Banco de Alimentos Quintana Roo.
Con base en esos resultados, la asociación civil busca ahora financiamiento por un millón a un millón y medio de pesos para realizar en 2026 un diagnóstico integral que abarque todo Quintana Roo.
Miguel Gutiérrez, director de Cáritas Banco de Alimentos, explicó que el nuevo estudio medirá el desperdicio a lo largo de toda la cadena de valor —desde la producción hasta el consumo final— y distinguirá entre desperdicio evitable (alimentos aún aprovechables, como frutas maduras) y desperdicio inevitable (cáscaras, huesos y otros residuos no comestibles).
Actualmente solo Baja California Sur y Jalisco cuentan con estudios de esta profundidad en México.
De acuerdo con los datos preliminares del piloto en Cancún, cada persona desecha hasta 80 kilogramos de alimentos al año, lo que representa toneladas de comida que podrían rescatarse para combatir la inseguridad alimentaria.
Gutiérrez destacó que estos resultados motivaron la ampliación del proyecto a los 11 municipios de Quintana Roo con el objetivo de generar políticas públicas y campañas de concientización más efectivas.
La organización gestiona ya el apoyo del gobierno estatal y de fundaciones privadas para cubrir el costo del estudio.
“Queremos que Quintana Roo sea el tercer estado en tener un diagnóstico completo y, a partir de ahí, fortalecer los programas de rescate y redistribución de alimentos”, señaló el director.
Gutiérrez hizo un llamado a la población a adoptar hábitos responsables de compra y consumo, como planificar las comidas, congelar sobrantes y donar productos próximos a vencer.
Aunque reconoció que ha habido avances en los últimos años, insistió en que aún queda mucho por hacer para reducir el desperdicio y garantizar que los alimentos lleguen a quien más los necesita.
