Santiago Hernández/Grupo Cantón
Las autoridades se encontraron con un paisaje arrasado, ya que toda la superficie había sido chapeada, desmontada, rellenada y compactada con material pétreo
Cancún.- La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE), con el apoyo de la Secretaría de Marina, aseguró un predio de más de 30 mil metros cuadrados devastados sin autorización en los límites de la delegación Alfredo V. Bonfil, en Cancún.
#Seguridad 🚨 I #Fiscalía asegura #predio devastado en delegación #AlfredoVBonfil #Cancún #Operativo
Nota completa 👉🏼 https://t.co/r7SW4PMefy pic.twitter.com/C8nBOLun1h
— Quintana Roo HOY (@QuintanaRooHoy1) November 23, 2025
La acción se inició tras una denuncia presentada por la Dirección de Ecología municipal, que alertó sobre movimientos de tierra sospechosos en una zona donde la selva baja y la fauna nativa aún resisten el avance acelerado de desarrollos irregulares. Al ejecutar la orden de cateo otorgada por un Juez de Control, las autoridades, junto con especialistas del Colegio de Biólogos de Quintana Roo, se encontraron con un paisaje arrasado: toda la superficie había sido chapeada, desmontada, rellenada y compactada con material pétreo, un procedimiento típico para preparar terrenos para urbanización clandestina.
Ramas, troncos, restos de vegetación y amplias superficies de suelo removido evidenciaban un deterioro ambiental severo, con daños potenciales a los ecosistemas locales y a especies que dependen de esta área para sobrevivir. Las primeras investigaciones revelan que los operadores del predio no cuentan con permisos municipales ni estatales para realizar desmontes, mucho menos para impulsar un proyecto inmobiliario. A pesar de ello, ya ofrecían lotes en venta, una práctica cada vez más común en la expansión irregular que pone en riesgo el equilibrio ecológico de Cancún.
Ante estas irregularidades, la FGE y la Secretaría de Marina procedieron al aseguramiento total del predio, que quedó bajo resguardo oficial mientras continúan las investigaciones por delitos contra el ambiente, afectación a la cubierta vegetal y violaciones al desarrollo urbano. Este caso se suma a una lista creciente de intervenciones por devastación ambiental en Quintana Roo, donde el choque entre el desarrollo acelerado y la conservación se vuelve cada vez más crítico.