REDACCIÓN
CANCÚN. Beryl llegó y se fue de Quintana Roo sin causar grandes daños, y todo por la cultura de prevención y la responsabilidad ciudadana para cuidarse antes y después del ciclón, y además, respetar las indicaciones de las autoridades.
Con esa responsabilidad, ciudadanos y empresarios pudieron retomar sus actividades cotidianas pocas horas después del paso del meteoro, que dejó árboles caídos, postes arrancados, algunas estructuras colapsadas, pero ninguna pérdida humana que lamentar.
La gobernadora Mara Lezama confirmó el saldo blanco tras el paso del huracán categoría 2, que había amenazado con impactar más fuerte a la península, pero su llegada no afectó la infraestructura, por lo que la fiesta y las actividades turísticas que son el motor económico del estado, se reactivaron de inmediato.
“Ha quedado reactivada la actividad económica en todo el estado, se levanta ley seca y se reactiva el transporte público en todo el Estado”, resaltó.
Lezama reconoció a los ciudadanos su capacidad de prevención, y mantuvo sus actividades de lo que llamó la “fase de auxilio” para atender los daños materiales.
“Gracias por haber atendido los llamados y los exhortos, por estar al pendiente de la información oficial y de las recomendaciones hechas desde los centros de mando que se instalaron para este objetivo” destacó.
Hacia las 15:00 horas, el gobierno estatal levantó la alerta y ordenó el restablecimiento de las actividades; de inmediato comercios y diversos establecimientos comenzaron a abrir sus puertas y la gente, con prudencia, fue retomando su vida cotidiana.
La zona de bares y fiesta de la Zona Hotelera de Cancún operó sin contratiempos para los turistas, y bares y restaurantes volvieron a vivir la algarabía y la música que día con día inunda el ánimo de Cancún.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades estatales y federales no habían reportado el balance de personas que estuvieron en los más de 100 albergues habilitados en todo el estado.
El Ejército habilitó una cocina móvil en Tulum, donde entregó comidas calientes a los ciudadanos, quienes hicieron largas filas para recibir los alimentos, aunque no se precisó tampoco el número de las mismas.
Finalmente, los ciudadanos y empresarios de todos los tamaños retiraron las tablas y demás sistemas con que protegieron sus comercios, los habitantes reacomodaron las cosas en sus viviendas, y las autoridades mantuvieron sus actividades de auxilio para atender las fallas de energía eléctrica, encharcamientos y árboles derribados por Beryl, que por la noche ya era tormenta tropical y se estaba alejando de Yucatán.