Apoyar, fomentar y financiar al deporte amateur es un negocio que siempre ha de redituar a la sociedad, ya sea de manera económica, productiva o en materia de estabilidad social. Desde el simple hecho de la práctica de deportes que permite a nuestros jóvenes mantenerse alejados del consumo de drogas, incluido el alcohol, asicomo apartarse de los grupos delictivos juveniles o de la delincuencia organizada, el deporte es la única actividad que justifica cada peso invertido en su fomento.
En años anteriores, el impulso que tuvo que haberse dado al deporte amateur se usó para el rescate de equipos profesionales y los resultados no pudieron ser peores, lejos del rescate, equipos que contaban con cierta trascendencia a nivel profesional concluyeron en la quiebra económica, la impopularidad, y los últimos lugares de sus respectivas clasificaciones incluso descendieron , es decir, fueron auténticamente, malos negocios operados con participación del erario público.
Y en tanto ello ocurría, nuestros jóvenes que practican todo tipo de deportes amateur y que por cierto, son destacados a nivel nacional, padecieron el escarnio de ser rechazados de hoteles en ciudades donde compitieron e hicieron papeles destacados, porque la administración estatal no cumplió con el pago de la renta de habitaciones, una mínima prerrogativa que el Estado le debe a sus conciudadanos destacados.
Quiero decir, perder varios millones de dólares en malos negocios, y no tener algunos cientos de pesos para pagar una habitación a una joven promesa del deporte, es una marcada animadversión al ser Quintanarroense.
Con el reciente anuncio de la venta del equipo Tigres de Quintana Roo a capital privado, entre cuyos inversionistas está el legendario Fernando “El Toro” Valenzuela, es una excelente noticia para el deporte profesional, siempre que los esfuerzos por engrandecer a la franquicia no invadan los espacios del erario público.
Es muy simple advertir cuando la administración estatal está financiando con dinero público a una franquicia profesional, es sólo cuestión de revisar el origen de los boletos de acceso los días de los encuentros; si la mayoría de ellos fueron cortesías, o por el contrario, se vendieron en las taquillas del estadio, o a través de otros canales de venta de boletos.
El trabajo de fomento a equipos profesionales tiene que ver con una estrategia global que considera desde la promoción, el marketing y las estrategias de contratación; cuando el ego del gobernador en turno se involucra en la toma de decisiones de los equipos profesionales.
