He aquí en una nueva ruta de navegación en un medio escrito. Agradezco la invitación del Diario Quintana Roo Hoy del Grupo Cantón, que capitanea en la entidad Irma E. Ribbon. La columna Maretazo se publicará los días lunes, miércoles y viernes.
Las aguas gubernamentales se agitaron con tres asuntos: el escándalo de los uniformes escolares, por un inadecuado manejo normativo y la falta de sensibilidad política del Oficial Mayor, Manuel Alamilla; el desconocimiento operativo de protección civil y la desorganización a propósito del paso de la tormenta “Franklin”; y la que resultó una tersa sucesión en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la entidad.
El titular del Ejecutivo, Carlos Joaquín González, tuvo que salir a sofocar los fuegos políticos. Y es que el gobernador aliancista PAN-PRD, al parecer duerme con el enemigo, sus colaboradores no nadan en la misma sincronía, por el contrario, tan sólo atienden sus propios intereses políticos y económicos.
Marea roja
De los uniformes escolares, que costaron más de 100 millones de pesos, Manuel Alamilla aún no puede convencer sobre por qué la maquila se le dio a una empresa poblana que ni siquiera es del giro; y el gobierno estatal ya tiene un nuevo frente en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social que encabeza Catalina Portillo, donde se entregaron alrededor de 500 uniformes a los trabajadores que fueron hechos al parecer por una empresa de la ciudad de México. Con el agregado que hay un error en el escudo de Quintana Roo, tiene 10 haces de luces en lugar de 11, lo que simboliza a los municipios. Y de las mochilas, se declaró desierta la licitación, a decir del Oficial Mayor porque sólo se registró un participante que no cumplió con las condiciones ni de precio ni de calidad, por lo que habrá designación directa; así que se comprarán 56 mil mochilas a una empresa de la Ciudad de México. Las empresas textiles de Quintana Roo seguirán esperando una oportunidad, la recesión económica en el sur, y las promesas de campaña, ídem.
Aguas turbulentas
El desconocimiento operativo de protección civil y la desorganización a propósito del paso de la tormenta “Franklin”, que imperó desde la Secretaría de Gobierno con su titular Francisco López Mena, restó la oportunidad al gobernador Carlos Joaquín de verse como el líder que necesitan y quieren los quintanarroenses, en la búsqueda de un mejor nivel de vida. A la mayoría le pareció un exceso la declaratoria de alerta roja, y los gastos innecesarios que originó a las deterioradas economías familiares.
Bonanza
Contrario a los que aseguran que la sucesión en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), benefició al cuestionado e investigado senador Félix González Canto; el nombramiento de Antonio León como magistrado presidente, es signo inequívoco de la vocación democrática y la voluntad política del gobernador Carlos Joaquín González, en aras de la gobernabilidad de Quintana Roo. Antonio León tendrá que ser congruente, legal, transparente, probo y profesional en su nueva encomienda.
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(Joaquín Pacheco Castro)
