Redacción / Grupo Cantón
Los bombardeos provocaron víctimas civiles y apagones masivos, mientras Moscú reforzó su discurso de presión militar.
Rusia lanzó este sábado un nuevo ataque con drones y misiles contra Kiev, en una ofensiva que dejó al menos un muerto, once heridos y un apagón masivo que afectó a cerca de un millón de hogares, en medio de las bajas temperaturas invernales.
La empresa energética DTEK informó que los ataques dejaron sin electricidad a más de 700 mil usuarios en la capital ucraniana y a otros 400 mil en la región aledaña, luego de fuertes explosiones que mantuvieron activa la alerta antiaérea durante varias horas.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que se trató de un “ataque masivo” con armas de largo alcance, incluidos misiles hipersónicos Kinzhal y drones, presuntamente dirigidos contra infraestructura energética utilizada por el ejército ucraniano, aunque autoridades de Kiev denunciaron daños en al menos diez edificios residenciales.
En paralelo, el Kremlin anunció la toma de dos localidades en el este de Ucrania: Dimitrov (Mirnograd), en la región de Donetsk, y Guliaipole, en Zaporiyia, como parte de lo que calificó como un avance sostenido de sus fuerzas en el frente.
Los ataques se produjeron horas antes de la prevista reunión entre los presidentes de Estados Unidos y Ucrania, Donald Trump y Volodimir Zelensky, en Florida, en un contexto de creciente tensión diplomática y militar entre Moscú y Occidente.
