Redacción / Grupo Cantón
Madrid.- La peste porcina africana (PPA), una enfermedad altamente contagiosa que afecta a cerdos y jabalíes, ha reaparecido en España por primera vez en décadas. El virus fue confirmado en dos jabalíes silvestres encontrados muertos en Bellaterra (Barcelona) el 26 de noviembre, según notificó la Generalitat de Cataluña al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La detección, verificada por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, activa restricciones automáticas para las exportaciones de carne de cerdo desde las zonas afectadas hacia terceros países, en cumplimiento de la normativa sanitaria internacional.
De acuerdo con el Govern catalán, la exportación “queda automáticamente cerrada” fuera de la Unión Europea (UE) desde el área impactada. La PPA no representa riesgo para la salud humana ni para la seguridad alimentaria, pero causa una altísima mortalidad en suidos domésticos y silvestres, generando severas pérdidas económicas, como recuerda la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). España, líder europeo en producción y exportaciones de porcino, tiene en China uno de sus principales mercados. Precisamente, a mediados de noviembre, Madrid y Beijing firmaron un “protocolo de regionalización de peste porcina africana”, que permite mantener el comercio desde zonas libres ante focos acotados. Este acuerdo, en vigor desde el 12 de noviembre, se alinea con estándares internacionales y fue destacado por el MAPA por su relevancia para el sector.
El Ministerio de Agricultura clasificó la PPA como enfermedad de categoría A en la UE, lo que obliga a adoptar medidas precisas para su control y erradicación inmediata en las áreas afectadas. “Desde el Ministerio se solicita al sector que extreme todas las medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones de ganado porcino y jabalíes, y en el transporte de animales”, indicó el departamento encabezado por Luis Planas. La PPA se mantiene activa en varios países europeos y es monitoreada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
En Cataluña, las autoridades delimitaron un perímetro de contención de 20 kilómetros alrededor de la Universidad Autónoma de Barcelona, cerca del sitio del hallazgo. Las medidas incluyen barridos de vigilancia, prohibición de movimientos no esenciales de suidos, refuerzo de limpieza y desinfección de vehículos, y control de accesos a explotaciones. El conseller de Ganadería, Òscar Ordeig, defendió la robustez del sistema productivo regional, afirmando que las granjas catalanas son “de las más seguras y modernas” y que, por el momento, no hay explotaciones porcinas afectadas.
La PPA circula en Europa desde 2014, con olas en regiones centrales, orientales y bálticas, lo que ha llevado a gobiernos a instalar cercas y reducir densidades de jabalíes para frenar su expansión. La vigilancia intensiva en fauna silvestre y la bioseguridad en granjas son clave para interrumpir las cadenas de transmisión. La OMSA enfatiza que no existe una vacuna comercial universalmente disponible, y la erradicación depende de la detección temprana, sacrificio sanitario cuando procede, y control estricto de movimientos y subproductos.
Esta enfermedad es endémica en África subsahariana, saltó a Georgia en 2007 y se expandió a Rusia y Asia, provocando una de las mayores crisis recientes en la industria porcina mundial. Con fiebre, hemorragias y elevada letalidad en suidos, la PPA no infecta a humanos, pero su reaparición en España pone en alerta al sector agropecuario, vital para la economía nacional.