La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos autorizó este jueves el uso de vacunas actualizadas contra el COVID-19, diseñadas para combatir las nuevas variantes del virus. Esta decisión afecta a las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna, que han sido reformuladas para ofrecer una protección más precisa frente a las cepas actuales y reducir el riesgo de consecuencias graves, como hospitalizaciones y muertes.
El director del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la FDA, Peter Marks, destacó que “la vacunación sigue siendo la piedra angular de la prevención” y aseguró que estos nuevos fármacos cumplen con los “rigorosos estándares científicos de la agencia en materia de seguridad, eficacia y calidad de fabricación.”
Las vacunas autorizadas incluyen Comirnaty y Spikevax, aprobadas para personas mayores de 12 años, y las versiones de Pfizer-BioNTech y Moderna para niños de seis meses a 11 años.
La FDA advirtió que los efectos secundarios de estas vacunas actualizadas podrían ser similares a los de las versiones anteriores.