Omar Montalvo / Grupo Cantón
Ciudad de México. – En la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum, los buenos días de la presidenta se hicieron con los anuncios del incremento del salario mínimo para 2026 y la reducción de la jornada laboral a 40 horas que tendrá efectos en 2027. El Salón de Tesorería del Palacio Nacional, tuvo una asistencia mayor que en otras ocasiones, ya que al acto asistieron representantes empresariales y de agrupaciones laborales, los sectores con los que se tuvo el consenso para ambas políticas.
Los invitados ocuparon media sala del área para medios. Observaban atentos el resultado de meses de diálogo, según resaltó el secretario de Trabajo (STyPS), Marath Bolaños. El funcionario destacó que por instrucción de la presidenta el aumento del salario mínimo para 2026 será del 13 por ciento. Esto indica que un día laboral pasará de 278.80 pesos a 315.04 y dará un monto mensual de 9 mil 582 pesos. En la zona fronteriza norte, pasará de 419.88 pesos diarios a 440.87 pesos para tener un ingreso mensual de 13 mil 226 pesos.
Esta política se sostiene de un constante aumento desde el sexenio pasado que le hace frente a la inflación. El objetivo es que el salario mínimo alcance para mínimo adquirir 2.5 canastas básicas “esto lo dejó asentado nuestra presidenta en los 100 compromisos del segundo piso de la transformación, estamos hablando del compromiso número 56”.
La reducción de la jornada a 40 horas fue propuesta desde el sexenio anterior sin que se llegara a un consenso. La presidenta reiteró que el acuerdo se llegó para que sea una disminución gradual, ya que los trabajadores pedían la reducción inmediata, ante la resistencia de grupos empresariales con algunos que rechazaban esta política.
Marath Bolaños explicó que la reforma plantea su vigencia desde 2026 y a partir de 2027 cada año se reducirán dos horas hasta llegar a las 40 en 2030. Puntualizó que no se reducirán los salarios a los trabajadores, las horas extras semanales tendrán un límite de 12 con la prohibición a menores y los empleadores no podrán imponerlas, además de que se obligará a las empresas a tener registros electrónicos de las horas trabajadas.
Ante las dudas por los antiguos argumentos de que subir el salario provoca inflación y bajar la jornada lleva a la baja productividad, la presidenta apaciguó el clima y aseguró que no habrá este efecto. Remarcó que la reducción de horas laborales es viable por ejemplos de otros países cómo en la región nórdica de Europa, ya hay jornadas de 36 horas.
En el mismo clima, el secretario Bolaños López, recordó que bajar las horas trabajadas trae beneficios a la salud, ya que reduce la fatiga y accidentes laborales, riesgos de enfermedades cardiovasculares, además que brinda mayor equilibrio en la vida personal y familiar.