Redacción / Grupo Cantón
Las iniciativas buscan mejorar la circulación de las monedas y reducir costos de producción mediante nuevos materiales y diseños estandarizados.
Ciudad de México.- La presidenta Claudia Sheinbaum envió a la Cámara de Diputados dos iniciativas para actualizar el diseño y la composición de las monedas de 20 y 10 pesos. La propuesta plantea crear una nueva moneda de 20 pesos que sustituirá gradualmente a las emisiones conmemorativas actuales y que mostrará en su diseño el Templo de Kukulkán, en Chichén Itzá. Asimismo, propone modificar los materiales del centro de las monedas de 10 pesos para reducir sus costos de producción.
En su exposición de motivos, la mandataria explicó que las monedas conmemorativas de 20 pesos tienden a guardarse como piezas de colección, lo que reduce su circulación. Estudios del Banco de México indican que, aunque la mayoría de la población reconoce estas monedas, sólo la mitad identifica el acontecimiento que conmemoran, y 81 por ciento no recuerda su diseño. Además, muchas personas confunden los motivos gráficos actuales con los modelos circulares anteriores de la misma denominación.
Sheinbaum aseguró que un diseño único y estandarizado facilitará reconocer, denominar y autenticar las monedas, sin que esto impida seguir emitiendo series conmemorativas de forma limitada. Para reemplazar los actuales motivos temáticos, el nuevo diseño incluirá la imagen del Templo de Kukulkán, declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1988. La moneda mantendrá la composición utilizada desde 2019: arillo de aleación de bronce y aluminio, y centro de alpaca plateada.
Tanto la nueva moneda como las actuales coexistirán durante un periodo de transición hasta que el Banco de México determine su retiro, proceso que será informado públicamente y contará con un plazo razonable para el canje.
Respecto a la moneda de 10 pesos, la iniciativa destaca que el cobre —componente principal de la aleación del centro— ha incrementado su costo en 82 por ciento en los últimos cinco años. Ante esto, y dado el desarrollo de nuevas tecnologías que permiten acuñar monedas más resistentes y seguras a menor costo, se propone sustituir el centro por un núcleo de acero recubierto de níquel. El anverso conservará la imagen del Calendario Azteca.
Las propuestas buscan, según el Ejecutivo, modernizar el circulante, mejorar la seguridad de las piezas y optimizar los costos de producción sin afectar su durabilidad.