Juan R. Hernández / Grupo Cantón
Sequía complica cumplimiento del tratado 1944 / Ganado mexicano espera reapertura de frontera / Ambos mandatarios acordaron verse próximamente en Washington
Ciudad de México.- La mañana avanzaba con ritmo tranquilo en Palacio Nacional, hasta que un viejo conocido volvió a irrumpir en la escena: Donald Trump y sus amenazas de aranceles. Esta vez, un 5% a las exportaciones mexicanas por el incumplimiento del tratado de agua. Frente al amago, Claudia Sheinbaum no perdió la compostura.
Con un gesto sereno, aseguró que México confía en alcanzar un acuerdo “satisfactorio para ambas partes” y recordó que la reunión virtual con autoridades estadounidenses ya estaba programada desde antes del nuevo exabrupto del mandatario norteamericano.
La presidenta subrayó que México siempre busca el mejor arreglo posible, pero sin sacrificar el derecho al agua de la población ni de los agricultores nacionales. El compromiso, insistió, es entregar toda el agua disponible para los productores estadounidenses, sin poner en riesgo a los mexicanos.
Relajando la tensión, Sheinbaum recordó que este tema ni siquiera salió en su reciente encuentro con Trump. A las dos de la tarde —adelantó— se conectarán SRE, Conagua y la secretaria de Agricultura de EU para intentar avanzar en una solución.
“No es mala voluntad”, dijo, más bien un choque entre sequías, límites técnicos en presas y cuotas que se entregan cada cinco años. Y aunque hay un pendiente por cumplir, el tratado de 1944 prevé que cuando una sequía impida entregar el volumen, puede completarse en el siguiente ciclo.
Entre preguntas, surgió otra curiosidad diplomática: ¿por qué no hubo reunión bilateral con Trump durante su viaje? Sheinbaum sonrió y explicó que fue decisión del magnate, quien pidió un encuentro trilateral alegando falta de tiempo. Incluso se planteó que ella fuera a la Casa Blanca, pero no cuadró con la agenda del republicano. Aun así, ambos acordaron verse próximamente en Washington.
El encargado de despacho de la SRE, Roberto Velazco, aprovechó para dar una pequeña lección de historia: el tratado de 1944, la Comisión Internacional de Límites y Aguas, los ríos Bravo y Colorado… y la sequía hidráulica que complicó todo.
La conferencia cerró con un giro inesperado hacia el mundo ganadero. Sheinbaum reveló que Trump le habló del gusano barrenador y que México acelera la construcción de la nueva planta de mosca estéril para combatirlo. No hay nuevos casos, afirmó, y por eso ya debería reabrirse la frontera al ganado. Mientras tanto, Sonora, Coahuila y Durango siguen exportando carne, aunque el novillo espere turno.
