Redacción / Grupo Cantón
La nueva ley fue turnada al titular del Ejecutivo Federal para su promulgación
Ciudad de México.- En una sesión maratónica de casi seis horas, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular la nueva Ley General de Aguas, junto con reformas a la Ley de Aguas Nacionales, y la turnó al titular del Ejecutivo Federal para su promulgación. La iniciativa, que llegó vía fast track desde la Cámara de Diputados, no fue discutida en comisiones y se avaló sin modificaciones en el pleno legislativo, pese a más de 30 reservas presentadas en la votación particular, de las cuales ocho fueron desechadas por la mayoría de Morena y sus aliados.
El debate, por momentos álgido, evidenció las divisiones entre el oficialismo y la oposición. Morena acusó a los gobiernos pasados del PRI y PAN de dilapidar el recurso hídrico, mientras que legisladores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC) denunciaron que la reforma busca ejercer “control político” sobre agricultores y ganaderos. “Con esta ley lo que quiere el gobierno es criminalizar a los productores y a los campesinos. Ahora son a ellos a los que persiguen en lugar de ir en contra de los delincuentes”, expresó la senadora priista Paloma Sánchez, quien señaló que en regiones como Sinaloa, los distritos de riego están controlados por el narcotráfico sin que se investigue.
Por su parte, Néstor Camarillo de MC criticó que la ley no democratiza el acceso al agua, sino que lo centraliza en el gobierno: “Este no es un proceso de democratización del agua. Es recentralización”. La presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo, turnó el dictamen al Ejecutivo en medio de aplausos de los morenistas y el malestar opositor.
Hacia el final de la sesión, senadores de oposición descendieron a la tribuna con carteles que rezaban “Morena Traiciona al Campo”, “Morena Secuestra el Agua de México” y “El Agua es un Derecho, no un Botín de Morena”. En respuesta, la bancada de Morena levantó consignas como “El agua es vida, no mercancía”, mientras los priistas contraatacaron con frases como “Morena traiciona a los campesinos”, “No a la reforma del agua”, “¡Aguas con el agua!” e incluso un provocador “Si Zapata viviera… con esta pinche ley no estuviera”.
De acuerdo con el dictamen aprobado con 82 votos a favor y 34 en contra, la nueva ley limita la transmisibilidad de concesiones y asignaciones de agua, permitiéndola solo en casos de compraventa de propiedades, herencias o fusiones empresariales, con resolución en un máximo de 20 días hábiles. Los concesionarios podrán solicitar prórrogas hasta tres años antes del vencimiento, y no después de seis meses previos. Además, la venta de tierras agrícolas no se considerará cambio de uso si se mantiene en actividades agropecuarias o acuícolas.
Entre las novedades, se incluyen penas por traslado ilegal de agua: de 3 a 5 meses de prisión para hasta 50,000 litros, y de 6 a 8 meses para volúmenes mayores. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) deberá implementar un programa para prevenir concentraciones excesivas del recurso, asegurando una “gestión hídrica responsable” durante la implementación de la ley.
Esta reforma ha generado controversia en el sector agropecuario, donde se teme un mayor control estatal sobre un recurso vital en medio de la sequía y los conflictos por el agua en México.

