Redacción / Grupo Cantón
Durante su encuentro con la prensa, los activistas denunciaron haber sido víctimas de tortura física y psicológica, así como de incomunicación, tras su detención el pasado 1 de octubre. “No éramos prisioneros, fuimos personas secuestradas, encerradas y aisladas de forma obligada”, señaló Sol González Eguía, una de las integrantes de la flotilla. Agregó que, a pesar de las condiciones vividas, “el sufrimiento del pueblo palestino es mucho mayor”.
Los activistas relataron que sus embarcaciones fueron atacadas con drones explosivos y cañones de agua, lo que impidió que la ayuda humanitaria —medicamentos y alimentos— llegara a la población gazatí. “Le pido una disculpa al pueblo palestino por no haber llegado a tiempo. Es una pinche desesperación no poder cumplir la misión”, declaró Arlín Medrano Guzmán visiblemente afectada. Carlos Pérez Osorio, por su parte, subrayó que pese al trato recibido, nunca perdieron el ánimo ni la convicción de su causa.
Diego Vázquez Galindo denunció que, durante su detención, no se le proporcionó el medicamento que requiere, y advirtió que, si no se permite un corredor humanitario o se detiene el conflicto, continuarán con acciones similares. Los activistas agradecieron a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la presidenta Claudia Sheinbaum por su labor para lograr el regreso seguro al país, pero también hicieron un llamado al gobierno mexicano a revisar sus relaciones diplomáticas y comerciales con Israel.
Más temprano, en su conferencia matutina, la presidenta Sheinbaum informó que el Gobierno federal cubrirá los gastos de traslado de los activistas y ofreció recibirlos en Palacio Nacional si así lo desean. Mientras tanto, los seis repatriados reiteraron su compromiso con la causa palestina y aseguraron que seguirán luchando por abrir caminos de solidaridad hacia Gaza, pese a los obstáculos enfrentados.