Durante la audiencia del 1 de diciembre en Chicago, Joaquín Guzmán López —conocido como “El Güero”— admitió ser responsable del secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, ocurrido en julio del año pasado y que culminó con su entrega a Estados Unidos. Su versión coincide con la información que autoridades estadounidenses habían compartido con México y que fue considerada una “traición” dentro del Cártel de Sinaloa.
Guzmán López se declaró culpable de narcotráfico y crimen organizado, y describió cómo atrajo al ‘Mayo’ a una reunión en Sinaloa bajo el pretexto de resolver un desacuerdo. Una vez que Zambada llegó al rancho, fue conducido a una habitación donde fue sometido por hombres de Los Chapitos, esposado y colocado con una bolsa en la cabeza antes de ser trasladado a una camioneta y luego a una avioneta rumbo a Nuevo México, Estados Unidos.
Durante el traslado, Zambada estaba amarrado y sedado, y Guzmán López admitió haberle administrado parte de los sedantes. La avioneta aterrizó en el aeropuerto de Santa Teresa, en la frontera con Texas, donde ambos fueron entregados a las autoridades estadounidenses.
El objetivo de Guzmán López era obtener “crédito de cooperación”, aunque señaló que el Gobierno de Estados Unidos no solicitó ni aprobó el secuestro, por lo que ni él ni su hermano Ovidio recibirán beneficios legales. La declaración fue presentada ante el tribunal para sustentar la culpabilidad y los procesos de decomiso penal en su contra.
El testimonio también permitió precisar que el vuelo partió de Culiacán, Sinaloa, y no de Hermosillo, Sonora, como se había informado inicialmente, y que la operación contó con coordinación interna dentro del cártel, dejando en evidencia la magnitud de la traición contra Zambada.