México

Claudia Sheinbaum recorre a pie los municipios afectados por las lluvias

La Mandataria supervisa daños, promete apoyos y reconstrucción casa por casa / Con tenis enlodados, buscaba estar cerca de los damnificados / “Perdimos todo”, narran madres a la presidenta su tragedia

Juan R. Hernández / GRUPO CANTÓN

Ciudad de México.- Con sus tenis rosas manchados de lodo y un megáfono en la mano, la presidenta Claudia Sheinbaum caminaba entre charcos y montículos de tierra húmeda en las comunidades más afectadas por las lluvias en la región Huasteca. “¡Seamos uno solo, gobierno y pueblo!”, repetía con firmeza, mientras la gente se acercaba a saludarla o entregarle peticiones escritas en hojas empapadas por la lluvia.

Del 17 al 19 de octubre, la mandataria recorrió municipios de Hidalgo y Puebla golpeados por las tormentas. En Huehuetla, acompañada del gobernador Julio Menchaca, Sheinbaum supervisó la apertura de caminos y anunció el inicio del censo de viviendas dañadas, levantado casa por casa por los Servidores de la Nación. Desde la batea de un vehículo militar, megáfono en alto, aseguró a los habitantes: “No están solos. El gobierno federal está con ustedes”.

Las calles, cubiertas de lodo y piedras, se convertían en testigos del paso de brigadas, soldados y personal de la CFE, que trabajaban hombro a hombro con vecinos. La presidenta saludaba, escuchaba, tomaba notas. En cada encuentro insistía en un mensaje: reconstruir no sólo las casas, sino también la confianza en la acción pública.

Un día después, en Pantepec, Puebla, visitó el refugio temporal de El Carrizal, donde madres con niños pequeños le narraron cómo perdieron todo bajo el agua. Sheinbaum las abrazó y prometió acelerar la llegada de apoyos. “De lo que se trata ahora —dijo— es de que esa generosidad que siempre muestra el pueblo también venga del gobierno”.

Esa noche, en su cuenta de X, publicó un video con imágenes de los sobrevuelos y las reuniones con pobladores: “Hoy estuvimos en Huehuetla y Tianguistengo, Hidalgo… No están solos”, escribió.

El barro en los tenis presidenciales, los saludos espontáneos y el tono directo del megáfono dejaron una postal distinta: una presidenta que, entre el lodo y la esperanza, busca construir cercanía con los suyos.

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Publicado por
Adri