El resultado, según ha explicado la autora del vídeo a Business Insider, es una especie de movimiento en espiral, por el cual una vez finalizada una órbita completa el Sol no se encuentra exactamente en el lugar del que partió. De cualquier modo, lo importante es que no se aproxime al centro galáctico, ya que es una zona inhóspita en la que la vida sería imposible, a causa del exceso de radiación y la dinámica inestable de la zona. Nuestro sistema estelar se mueve, como los demás, pero lo hace siempre manteniéndose en puntos habitables.

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Gracias a eso, hemos podido vivir en él, desde los dinosaurios hasta los humanos. Que a los primeros los destruyera un meteorito y los segundos nos estemos cargando el planeta más habitable en torno al Sol ya es otro cantar.