Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
En el Teatro de la Ciudad de Cancún la artista mostró una versatilidad vocal con melodías clásicas, temas acompañados de mariachi, baladas y más.
Cancún.- Entre luces cálidas, colegas acompañándola en el escenario y un amoroso público que la esperaba, Sofi Menéses conquistó el Teatro de la Ciudad con una velada musical que marcó un antes y un después en su camino artístico.
Por primera vez como solista en un gran escenario, la joven intérprete se adueñó del espacio con seguridad, emoción y una entrega que conectó de inmediato con las más de mil miradas que la acompañaron.
La noche avanzó como un recorrido íntimo por su propia historia: cada canción fue un capítulo y cada nota, una confesión. Menéses mostró una versatilidad vocal que sorprendió, hilando con naturalidad melodías clásicas, temas acompañados de mariachi, baladas y momentos más íntimos que permitieron apreciar el brillo particular de su timbre, capaz de abrazar cualquier género.
A su lado, un ensamble de talentosos músicos elevó aún más la experiencia: Javier Rojas en la guitarra, Guillermo Gutiérrez en el violín, Abraham Romero en las percusiones y Alex Can en la guitarra. La presentación alcanzó uno de sus momentos más emotivos con la participación especial de su hermano, José Luis Meneses, quien desde el piano sumó un toque de complicidad y orgullo familiar que arrancó ovaciones, además de los estrenos que regaló Sofi a su público como Promesas y Orgullo ser mexicano del compositor Fausto Adrián.
La Compañía Municipal de Ballet Folclórico aportó color, movimiento y fuerza escénica, envolviendo la velada en una atmósfera festiva y profundamente mexicana.
Una noche grandiosa para Sofi Menéses, que dejó claro que su gran historia apenas comienza y que sus próximas páginas prometen seguir emocionando al público que ya la sigue de cerca.
