Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Consolidándose como un referente contemporáneo del bolero y un heredero natural del legado de los grandes maestros.
Cancún.- El Auditorio Nacional se prepara para recibir a uno de los intérpretes más apasionados y fieles defensores de la canción romántica mexicana. Rodrigo de la Cadena, acompañado por la majestuosa Orquesta Filarmónica de Xalapa, presentará este domingo 9 de noviembre “La Sinfonía de la Memoria”, un concierto sin precedentes que rinde homenaje a once grandes compositores de la historia musical de México.
Este proyecto monumental, concebido, producido y protagonizado por un artista independiente, sin disquera ni campañas de marketing, pero con una carrera labrada a base de talento, disciplina y amor por el público, representa un logro histórico dentro de la escena nacional: su primer Auditorio Nacional.
Con más de dos décadas de trayectoria, Rodrigo de la Cadena ha recorrido los escenarios más importantes de México y América Latina, consolidándose como un referente contemporáneo del bolero y un heredero natural del legado de los grandes maestros.
Su voz, su piano y su visión artística han mantenido viva una tradición que parecía destinada al pasado, dándole nueva vida a través de arreglos orquestales, colaboraciones internacionales y propuestas escénicas que fusionan la nostalgia con la innovación.
Durante más de dos horas, el recinto más emblemático del país se convertirá en un altar de homenaje donde resonarán las melodías inmortales de María Grever, Agustín Lara, Consuelo Velázquez, Vicente Garrido, Luis Demetrio, Álvaro Carrillo, Emma Elena Valdelamar, Roberto Cantoral, Armando Manzanero, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.
Cada compositor tendrá su propio universo escénico, entrelazando música sinfónica, teatro visual, inteligencia artificial y proyecciones inmersivas que transformarán el recuerdo en una experiencia sensorial única.
“La Sinfonía de la Memoria nace de la convicción de que los compositores no mueren cuando los lloramos, sino cuando dejamos de cantarlos. México tiene una relación única con sus muertos: los honra con música, con luz, con pan y con papel picado. No los sepulta, los invita a cenar cada noviembre. Este espectáculo es, en el fondo, un altar sin incienso, pero con orquesta; sin velas, pero con luces que laten al ritmo de cada melodía”,
expresa Rodrigo de la Cadena, quien imprime en cada palabra la esencia de un proyecto que une arte, tecnología y la tradición mexicana del recuerdo.
Rodrigo de la Cadena promete una noche irrepetible, donde la memoria, el arte y la emoción se fundirán en una misma sinfonía que, sin duda, quedará grabada en la historia musical de México.
