CHETUMAL. La zona arqueológica de Ichkabal no solo sufrió daños en el edificio monumental, sino que también su entorno natural; por ejemplo, la zona conocida como la aguada de los cocodrilos, áreas que por ahora no se puede definir un monto para atender su restauración.
Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Quintana Roo realizaron una evaluación de la zona arqueológica en mención, luego de ser afectada por un incendio forestal durante aproximadamente un mes, y que dejó una afectación de cuatro mil 200 hectáreas de vegetación de tipo arbustivo.
Margarito Molina Rendón, delegado del INAH en Quintana Roo, dio a conocer que las llamas no solo alcanzaron la vegetación sino que también el edificio monumental que destruyó la decoración del principal edificio (conocido como E4), elaborada en estuco, la cual mantenía su policromía y tenía una antigüedad de por lo menos dos mil 400 años. Sin afectar mascarones.
Por lo tanto, se estima que la afectación al patrimonio natural en la poligonal del sitio prehispánico (que se ubica a 40 kilómetros de Bacalar), fue de entre 30 y 35 por ciento.
Cabe mencionar que no solo la estructura de la zona arqueológica resultó afectada, sino que también el entorno natural, entre ellas la aguada de los cocodrilos, la cual tiene una extensión de una hectárea y quedó seca con la vegetación dañada.
Por Paloma Wong/GRUPO CANTÓN