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26 abril, 2024

Cancún

Quintana roo, con el ecosistema más frágil

El desarrollo desmedido ha provocado la pérdida de la mitad de las selvas, bosques y mangle, además de contaminación.

INCENDIO-FORESTAL

Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo.

Quintana Roo se encuentra en riesgo de enfrentar una crisis ambiental ante el desarrollo desmedido, que ha provocado la pérdida del 57% de sus selvas y bosques, el 50% del mangle, así como la contaminación del manto freático debido a las descargas de agua residuales, tomando en cuenta que la entidad tiene uno de los ecosistemas más frágiles de todo el país.

De acuerdo al Índice de Competitividad Forestal (Incofe), la merma de las áreas verdes en la entidad, corresponden a la destrucción de un millón 725 mil 600 hectáreas de selvas y bosques en los últimos 15 años, mientras que el manglar según la Asociación Amigos de Sian Ka´an sufre un deterioro derivado de la contaminación, pues al filtrarse los nutrientes que generan las aguas negras se rompe con el equilibrio ambiental.

Esta condición, tanto en las zonas verdes terrestres como en los humedales, ha provocado que los ecosistemas sufran alteraciones, por lo que arruina los ciclos reproductivos de las especies, poniendo en riesgo la flora y fauna que ahí cohabitan, generando las condiciones para una crisis ambiental a mediano plazo.

La bióloga Beatriz Andrade Ramos, explicó que Quintana Roo, tiene uno de los ecosistemas más frágiles, pues está conformado por la red de ríos subterráneos más extensa a nivel internacional, además su barrera de humedales no solo son un aporte al medio ambiente local, sino que se consideran una parte de los “riñones” del mundo, ya que permiten la purificación de las aguas; sin embargo, pese a lo quebradizo de la región, las autoridades han sido permisivas.

Mencionó que, en los últimos 30 años el territorio de Quintana Roo, ha sufrido un desarrollo desmedido que lógicamente ha tenido impactos negativos en sus ecosistemas y a esto se le suman los incendios forestales, los huracanes, las actividades agropecuarias, así como la sobreexplotación maderable, de modo que hay riesgo de un trance ambiental que de no atenderse puede ser irreversible.

En ese sentido dijo, que lo más lamentable es que toda esta vulnerabilidad ambiental que enfrenta la entidad se pudo haber evitado, pues en México se tiene una legislación en la materia vanguardista; sin embargo, no se aplica ante la corrupción cometida por funcionarios del ramo, consultores, constructoras y empresarios.

“Tenemos leyes que protegen el medio ambiente, pero que pasa, que la ordenanza se corrompe por los sobornos, hay manipulación en los estudios de impacto ambiental debido a los intereses que fluyen derivados de la industria turística, pero lo que están olvidando, es que precisamente son las bellezas naturales las que atraen a los vacacionistas; es decir, están devastando lo atractivo para convertirlo en plastas de cemento”.

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Añadió que lo que sucede concretamente con los humedales, que al rellenarlos rompen con los flujos hídricos, afectando a la flora y fauna que ahí cohabitan, más aún sí gran parte del territorio confluyen ríos subterráneos que se conectan entre si y que finalmente van a dar al mar, entonces se crea una cadena que afecta todo el medio ambiente.

Ante ello, mencionó que aquí lo que resta es dejar de polemizar sobre las afectaciones y actuar aplicando la ley, a fin de ir resarciendo paulatinamente el daño en las zonas impactadas, pues se ha demostrado que sí se puede recuperar, por ejemplo en los bosques y selvas urge la reforestación, en cuanto a los humedales hay estudios de recobro, como es el caso de los manglares de la Laguna Nichupté, que en un periodo cinco años han podidos rescatarse.

Por su parte el hidrobiólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Esteban Amaro Mauricio, advirtió que de seguir con el desarrollo desmedido en un plazo no mayor a 20 años se tendrá un deterioro tal que se desatará una crisis ambiental, toda vez que el impacto que reciben los ecosistemas de la entidad por cada desarrollo afecta los ciclos de vida de las especies, que finalmente le dan vida a este destino turístico.

“Aquí no se trata de que no se aprovechen los recursos naturales, sino de que el desarrollo sea sustentable, pero sin simular, porque eso es lo que han venido haciendo, disfrazan los proyectos de amigables con el ambiente, pero en realidad ni si quiera respetan las normas y caso hay muchos, de ahí la urgencia de parar este devastación”.

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