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26 abril, 2024

Cancún

A nadar contra corriente

El gobernador electo de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, deberá lidiar con una colosal deuda, un rezago en infraestructura, y aumento en los índices delictivos

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Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo

Tras el triunfo de Carlos Joaquín González, de la alianza Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en la elección para la gubernatura de Quintana Roo, por primera vez en la historia de uno de los estados más jóvenes del país, se rompe con la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó por 42 años consecutivos.

Sin embargo, más allá de quienes vitorean el tan ansiado cambio del partido en el poder, lo cierto es que Joaquín González, hijo de una de las familias con más peso en el estado, no la tendrá fácil, pues deberá lidiar con una mega deuda que compromete el 81% de las participaciones federales, un rezago en infraestructura urbana y social en los 11 municipios que rebasa el 70%, así como un incremento en los índices delictivos en los últimos 12 años, además de un hartazgo social que reventó en la zona sur de la entidad.

En ese sentido, el abanderado de la alianza Quintana Roo Une aseguró, luego de que se hiciera oficial que superaba por más de 10 puntos a su más cercano competidor, el priista Mauricio Góngora Escalante, que asumir la gubernatura en las condiciones en las que encuentra el estado era complicado, pero que tomaría los retos y desafíos que esto implicaba, pues la sociedad, a través del voto, así lo había decidido.

De hecho, durante la jornada electoral del 5 junio se tuvo una copiosa participación del electorado, pues de acuerdo a las órganos electorales se obtuvo un participación del 55%, cuando venía arrastrado un abstencionismo de entre 60 y 70%, situación que según el propio Joaquín González, se debió al hartazgo social, sobre todo en la zona sur del estado, donde se logró una historia participación en un “bastión” priista.

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Pero más allá de los compromisos que signó, al asumir la gubernatura enfrentará un estado endeudado, que de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo coloca en segundo lugar a nivel nacional, sólo superado por Coahuila, con pasivos que ascienden a 22 mil 541 millones de pesos.

Este adeudo se contrajo en los dos últimos años con las administraciones de Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, actual mandatario estatal.

La cifra de las autoridades hacendarias también refieren que la deuda representa el 81% de su Producto Interno Bruto (PIB) y 251.5% de sus ingresos por participaciones federales, de tal manera que Joaquín González tendrá que lidiar con una carga financiera que quiera o no limitará la operatividad de su gobierno y deberá hacer gestiones para captar obras que vengan directamente de la Federación.

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Lo positivo es que a pesar de los pasivos financieros, Quintana Roo registra un crecimiento económico de 5.12% superior a la media nacional, que es de 2.8%, esto derivado de su efervescencia turística.

Tan es así, que la inversión extranjera directa captada en los últimos cinco años fue de 264 millones de dólares, situación a la que se le puede sacar provecho, con un debido programa de austeridad.

A este flujo de capital, se estima que durante este año reciba unos 600 millones de dólares por proyectos hoteleros. Es más, el incremento de viajeros supera el 5%, lo cual puede generar recursos propio.

En relación a las necesidades de infraestructura urbana y social, el gobernador electo tendrá que sortear un rezago del 70% en los 11 municipios, pues hay zonas en donde se carece de servicios básicos como agua potable y alcantarillado, falta de alumbrado público, un desgaste del 75% en la carpeta asfáltica, problemas de transporte, así como escuelas y servicio médico, sobre todo en la zona sur del estado.

De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Quintana Roo se incrementó en un 5% el número de pobres, al contabilizarse unas 250 mil personas que sufren algún tipo de carencia, resaltando el tema de la salud, pues la mayoría de este segmento no tiene acceso a la atención médica.

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El tema de infraestructura urbana y social quizás es la “loza” más pesada que tendrá que cargar Carlos Joaquín, en donde los habitantes de las colonias populares y los asentamientos irregulares de la entidad, enfrentan el día a día, entre la inseguridad, calles de terracería, falta de transporte público, escuelas improvisadas y, en el peor de los casos, no cuentan con servicios de energía eléctrica.

Tan sólo en Benito Juárez existen más de 80 mil personas que viven en pobreza extrema.

Al respecto, Mercedes Hernández Rojas, ex delegada de la Sedesol, refirió que en el sexenio pasado habían logrado reducir la pobreza en Quintana Roo en un 3%; sin embargo, actualmente hay un mayor número de personas en rezago, situación que se contrapone con el crecimiento económico, dado que el estado supera la media nacional, pero no se refleja en sus habitantes, debido a que no se ha invertido en mejorar la calidad de vida de la población.

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El otro eje que tendrá que enderezar el abanderado del PAN-PRD, es el tema de la inseguridad, el cual se incrementó en las últimas dos administraciones estatales, tan es así que el propio ex secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, reconoció durante una reunión con empresarios que existen focos rojos, sobre todo, los que tienen que ver con la delincuencia.

En ese sentido, el gobernador electo afirmó que una de las demandas más sentidas de la población era el tema de la inseguridad, pues los delitos del orden común se habían disparado, e incluso, se tenían casos de violencia de género, por lo tanto, a ese tema le daría prioridad, por la urgencia de restablecer el tejido social.

Ante ello, dijo que tienen planeado reforzar los sistemas de vigilancia y crear un mando único policíaco, por lo que establecerá de inmediato con la Federación las acciones para que se acelere este proceso, pero mientras esto sucede, el gobernador electo afrontará un alto índice delictivo, que se ve reflejada en la precepción de inseguridad en el estado, que se mantiene por arriba de la media nacional.

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