Redacción / Grupo Cantón
México.- El nombre de Valentina Murrieta comienza a brillar con fuerza en el fútbol femenil mexicano. La joven portera del Club América y referente de la Selección Mexicana Sub-17 atraviesa el mejor momento de su naciente carrera tras conquistar el Guante de Oro en el Mundial Femenil Sub-17 de Marruecos 2025, reconocimiento que la consagró como la mejor guardameta del torneo y pieza clave en el histórico tercer lugar obtenido por México.
Con tan solo 17 años, Murrieta se ganó el respeto internacional al brillar en los momentos más decisivos del certamen. La arquera se vistió de heroína al detener penales frente a Italia y Brasil, mostrando una madurez y temple poco comunes en futbolistas de su edad.
La guardameta destacó también el aprendizaje que obtiene día a día en el América, donde entrena junto a referentes del fútbol profesional. Uno de los momentos más especiales de su reciente trayectoria llegó cuando recibió un mensaje sorpresa de su ídolo, Guillermo “Memo” Ochoa, quien le dedicó unas palabras que rápidamente se viralizaron en redes sociales.
“Valentina, felicidades por tu gran torneo. Me dio gusto verte jugar con tanta seguridad. Sigue disfrutando y creciendo; tienes un futuro enorme”, expresó el histórico portero mexicano en un video dirigido a la joven arquera.
Entre risas y emoción, Murrieta respondió: “Estoy feliz, no me lo esperaba. Desde niña lo admiraba y soñaba con ser como él. Siempre lo veía en los Mundiales y me inspiraba. Me decía: ‘si él puede, ¿por qué yo no?’”.
Lejos de conformarse con el éxito alcanzado, Valentina ya tiene la mirada puesta en su siguiente meta: debutar con el América y consolidarse como portera de la Selección Mexicana Mayor.
Con el apoyo de su familia, el reconocimiento de figuras consagradas y un talento que parece no tener techo, Valentina Murrieta se perfila como la heredera natural del legado de Memo Ochoa. Su historia inspira a las nuevas generaciones del fútbol femenil mexicano, recordando que la pasión, el esfuerzo y los sueños pueden convertir a una adolescente en una figura internacional.