Redacción / Grupo Cantón
Durante todo el partido, el portero Raúl Rangel fue objeto de abucheos cada vez que tocaba el balón
Torreón.- Al igual que ocurrió en Guadalajara, Javier Aguirre volvió a ser despedido entre abucheos y el estruendoso grito de “¡Fuera Vasco!” por parte de la afición mexicana. La falta de triunfos y la decisión de dejar en la banca a Carlos Acevedo en Torreón generaron molestia entre el público.
Durante todo el partido, el portero Raúl Rangel fue objeto de abucheos cada vez que tocaba el balón, e incluso recibió en dos ocasiones el grito homofóbico desde las gradas.
Tras el empate 0-0 frente a Uruguay, varios jugadores manifestaron su inconformidad con la actitud del público. Raúl Jiménez, Edson Álvarez y Erick Sánchez expresaron abiertamente su molestia por la falta de apoyo.
Por su parte, Javier Aguirre reaccionó con mayor mesura en conferencia de prensa, donde se negó a cuestionar a la afición.
“No soy quién para juzgar a la afición, menos a la nuestra. Son libres, soberanos, pagan su boleto y tienen toda la libertad de manifestar su inconformidad. No tengo autoridad para eso”, señaló el técnico del Tricolor.
Aguirre reconoció que le hubiera gustado ver un mayor respaldo desde las tribunas, aunque remarcó que su prioridad es enfocarse en lo que sí puede controlar.
“Lo que yo puedo controlar es el funcionamiento del equipo; lo demás son variables externas. Me gusta cuando la gente nos apoya, y la mejor forma de lograrlo es ganando, esa es nuestra chamba”, añadió.