Como padres deseamos tener hijos felices, responsables, adaptados, autocontrolados e independientes.
Una de las claves para que nuestro hijo sea capaz de salir adelante por sí mismo, es la interiorización de los límites. Deben crecer con límites para que desarrollen autodisciplina y autocontrol y no solo obediencia.
Los límites son normas que establecen un orden en la conducta de los niños, cuando se establecen correctamente el niño sabe lo que está permitido y lo que no. Los límites proporcionan seguridad para relacionarse con otras personas y ser aceptadas.
Disciplina y autoridad no es igual a castigo y represión. La palabra autoridad se deriva del latín “augere” que significa ayudar a crecer. Y disciplina deriva del latín “discipulus” que significa quien recibe una enseñanza de otro. Por tanto un padre debe ser un guía para su hijo, un acompañante en el proceso de crecimiento.
El poner límites eficaces no incluye el control excesivo ni la permisividad. Los hijos de padres dominantes frecuentemente son niños estresados, inseguros y dependientes. Por el contrario cuando los padres son tolerantes al extremo, las exigencias de los niños son más elevadas.
Tú puedes: